Ylva Johansson: “La crisis de Siria nos enseñó que ningún país puede gestionar la migración por sí solo”
La comisaria europea de Interior llega este lunes a España como parte de su gira para tejer una política común de asilo
El País, , 17-02-2020La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson (Estocolmo, 56 años), llega este lunes a España como parte de su gira para tejer una política común de asilo y migración que supere el resquemor y la desconfianza que la crisis migratoria de 2015, provocada por la guerra de Siria, dejó entre los socios de la Unión Europea. La comisaria es consciente de la ingente tarea que tiene por delante, dadas las enormes diferencias que hay entre Alemania y Hungría o las particulares necesidades de países como España o Italia. Pero en una entrevista con EL PAÍS el pasado viernes se muestra “más optimista que antes” del inicio de la gira y confía en que todos los Estados hagan un esfuerzo por llegar a un equilibrio que combine solidaridad y blindaje de fronteras.
Johansson despachará en Madrid, entre otros, con el ministro español Fernando Grande-Marlaska, pocos días después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos fallara a favor de la devolución en caliente de dos migrantes irregulares en Melilla. La comisaria europea cree que es pronto para calibrar el impacto de ese veredicto, que está siendo analizado por los servicios de la Comisión. Johansson recuerda que “siempre debe concederse el derecho de petición de asilo” y que toda situación “debe gestionarse respetando los derechos fundamentales”. Pero añade que “no se puede ofrecer la posibilidad de pedir asilo en cada metro de la línea fronteriza”.
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Queremos reiniciar el debate desde cero y para lograrlo la primera tarea es rebajar la tensión. No se trata tanto de llegar a un Pacto sino a un entendimiento entre países con una realidad geográfica muy distinta en cuanto a la emigración y con retos muy diferentes. Debo convencer a los Estados miembros de que comprendan la situación de los demás. Y lo que he escuchado hasta ahora en mi diálogo con los Gobiernos es que hay una verdadera voluntad de llegar a un compromiso. Soy más optimista que antes de iniciar la gira.
¿En qué términos se puede basar ese compromiso?
Es demasiado pronto para decirlo porque todavía no hemos hablado con todos los Estados. Pero la clave se encuentra en dos puntos. Por un lado, en la necesidad de llegar a algún tipo de mecanismo de solidaridad obligatoria para ayudar a los países de entrada cuando sufren demasiada presión. Y por otro lado, algún tipo de protección común de la frontera externa y procedimientos comunes en esa frontera exterior. Ambos temas son muy sensibles, pero están conectados entre sí, así que ese es el área donde hay que encontrar un compromiso. Y por eso será muy importante para mí escuchar al Gobierno de España, un país con mucha experiencia en materia migratoria.
Hasta ahora, el énfasis se pone en proteger las fronteras y acelerar la devolución de migrantes irregulares, dos exigencias de países como Hungría o Polonia. Pero aún no se ha concretado cual es la oferta para los países que piden solidaridad.
Si quiero llegar a un equilibrio que se aceptado por todos los países tendré que tomar en cuenta todas las necesidades. Sería un enorme error no hacerlo. Y para muchos Estados el mecanismo de solidaridad obligatoria es necesario.
¿Lleva algún mensaje en concreto para España?
No, no en particular. Estoy viajando en modo escucha. Mi único mensaje es que ha llegado el momento de hacer todo lo posible por hallar una vía hacia una política común de migración y asilo. Por cada mes que pasa sin esa política común, estamos pagando un precio alto en términos de confianza entre los Estados miembros y de confianza de la ciudadanía tanto a nivel nacional como europeo. Y los migrantes y refugiados también están pagando ese precio por la falta de acuerdo. Ése es mi mensaje.
Usted es de Suecia, uno de los países con mayor experiencia en recibir asilados. ¿Tiene alguna lección que compartir?
Una lección muy importante, y la aprendí en 2015 con la crisis migratoria de Siria, es que ningún Estado miembro puede gestionar por sí solo la migración. Tenemos que hacerlo juntos en el seno de la UE. Y si no lo logramos, hay un enorme riesgo de entrar en una espiral que vaya de mal en peor.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha advertido que la guerra de Libia puede acabar como la de Siria, provocando un éxodo masivo. ¿Estaría preparada Europa para una nueva crisis migratoria?
Sí, y no. La UE está mucho más preparada que en 2015, cuando ocurrió la gran crisis en Siria. Pero no estamos suficientemente preparados, ese es el no. No tenemos, por ejemplo, una política común de asilo y esa es una de las razones por las que no hay suficiente confianza ni cooperación entre los Estados miembros.La Comisión anterior, presidida por Jean-Claude Juncker, propuso la creación de hot-spots o puntos críticos para gestionar la identificación de los migrantes en los países de entrada. ¿Mantiene usted esa idea, muy criticada en los países afectados como Grecia o Italia?
No estoy segura. Hemos visto hotspots que funcionan bien y otros que no funcionan como se suponía que debían hacerlo. Escucharé las experiencias y entonces juzgaré.
El punto más caliente de todos es Moria, el campo de refugiados en la isla griega de Lesbos, donde se hacinan unas 20.000 personas, la mitad de las que hay en el resto de islas del Egeo. ¿Puede tolerar Europa esa situación?
Las condiciones de vida en Moria son totalmente inaceptables. Algo así no debe ocurrir en territorio europeo. Hay que poner fin a esta situación, es absolutamente necesario. Es de las cosas que me quitan el sueño. La Comisión Europea ha dado mucho apoyo a Grecia y continuará haciéndolo. Jamás un Estado Miembro ha recibido tanto dinero para migración como Grecia, que todavía lo recibe.
¿Ha habido negligencia por parte de las autoridades griegas?
No quiero hablar sobre culpas. Las autoridades griegas están haciendo mucho, pero es obvio que no es suficiente. Por eso es importan que mantengamos el apoyo. La Comisión puede apoyar, pero la responsabilidad final depende de la autoridades griegas.
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