Francia no levanta cabeza

Diario Sur, 05-06-2006

UN país tan rico e ilustre como Francia concita los análisis más aciagos sobre su presente y su futuro. Una nación tan acrisolada e influyente parece no levantar cabeza. No es algo que pueda considerarse al margen de las dinámicas y frenazos de la Unión Europea. El presidente de la República, Jacques Chirac, y el primer ministro Villepin tienen unos índices de aceptación popular bajísimos. Ambos están en un 17% de popularidad y las elecciones presidenciales son para el próximo año. Sólo les faltaba el escándalo Clearstream: en un turbio episodio que implica a los servicios secretos, se acusa a Villepin de haber intentado implicar a Sarkozy en un asunto de corrupción. Eso está en manos de los jueces pero Villepin insiste en que él no se va.

Mientras tanto, ha vuelto la erupción de la violencia en los suburbios de París, en noches de turbulencia y caos por parte de jóvenes inmigrantes, como secuela de las revueltas de noviembre. Eso ha llevado a Ségolène Royal, socialista de elevada popularidad, a proponer medidas coercitivas que superan a las habilitadas por el centro – derecha gobernante. Por ejemplo, la candidata a candidata añora el efecto positivo de la disciplina militar. El candidato socialista a las presidenciales se elegirá en unas elecciones primarias: Ségolène Royal lidera el pelotón. La llaman la ‘Zapaterror’. Las personalidades con más peso del socialismo francés intentarán cerrarle el paso y es posible que lo consigan. Otros analistas calculan que si en las presidenciales de 2007 el enfrenamiento es entre Sarkozy y Ségolène Royal, ella puede ganar aunque nadie tiene la menor idea de si sería una buena presidente de la República.

La dulce Francia está perdiendo capacidad competitiva en los mercados internacionales. Políticamente, la Quinta República nunca había caído tan bajo. Si De Gaulle la dotó de un orden constitucional sólido y duradero, a partir de Mitterrand puede hablarse de un declive. En la fase anterior, Francia resiste los últimos coletazos de la descolonización y también la revuelta juvenil de mayo de 1968. Mantenía su prestigio internacional, miraba hacia delante. Ahora no pocos hablan de una crisis de régimen. Con Chirac el desprestigio ha llegado al borde de la pérdida de legitimación.

Fue muy duro que la izquierda no lograse entrar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales últimas: como quedaron frente a frente Chirac y Le Pen, Chirac es hoy presidente de la República. A ver que hace Le Pen en el voto del 2007. Para Francia no fue menos duro que el referéndum del Tratado Constitucional europeo diera allí un resultado negativo. No parece que los franceses que optaron por el ‘no’ estén arrepentidos.

El paro ha bajado ligeramente durante el mandato de Villepin pero los electores le ven como alguien que se mantiene tan solo por el respaldo de Chirac. En su día Bernadette, esposa de Chirac, hizo saber que nombrar a Villepin había sido un error de gran coste político. En algo acertaba Bernadette Chirac porque su esposo es hoy el presidente de la República menos apreciado en el último medio siglo.

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