Compromiso y solidaridad a pie de playa
Los voluntarios de Cruz Roja ofrecen la primera atención a los inmigrantes cuando llegan a al muelle de Arguineguín, puerta de entrada del 95% de los extranjeros que llegan en patera hasta el archipiélago. Ropa seca, té caliente, una primera valoración médica y solidaridad son sus principales herramientas de trabajo.
Canarias 7, , 16-02-2020B. Hernández Las Palmas de Gran Canaria
El jueves por la tarde, Cruz Roja recibió el aviso de Salvamento Marítimo de que llegaba una nueva patera a Arguineguín con entre 30 y 35 personas a bordo. Finalmente, fueron tres embarcaciones con 86 inmigrantes – entre ellos un recién nacido – que llegaron a la una de la madrugada. El dispositivo para ofrecerles la primera atención estaba listo en el muelle.
Cruz Roja funciona como una máquina bien engrasada a fuerza de solidaridad, aunque cada llegada es diferente. El presidente de la asamblea comarcal del sur de la ONG y responsable del área de inmigración, Gerardo Santana, señala que, después de 15 años «no sabes lo que te vas a encontrar. Depende de cómo haya sido la travesía, cuanto haya durado, cómo esté el tiempo o cuánta gente venga en una barquilla». Lo que no cambia, dice, «es la mirada. Llegan desesperados porque no saben donde están, ni qué les va a pasar, pero es como si dijeran estamos vivos, llegamos a una vida mejor».
La mayoría llega deshidratados – lo único que muchos beben durante el viaje es agua salada o orina – , quemados por el sol, agarrotados de no poder moverse durante tantas horas… A veces, dice Santana, «tienen los músculos tan contraídos que no puedes abrirle la boca para darles un poco de té». Por eso, repite que «uno nunca llega a acostumbrarse. Hay que estar allí» porque «cada inmigrante tiene una historia distinta pero casi todas son de desesperación».
Y en esa historia, la tarea del voluntariado de Cruz Roja es darle la primera asistencia. Tras ofrecerles la ya reconocible manta roja, pasan a una carpa en la que se les da ropa seca, té y galletas, se les identifica – casi todos vienen sin papeles – y se les hace una primera valoración médica. Algunos llegan con algo de dinero – «diez o quince euros» y «bastantes» con teléfono móvil. En este proceso, dice el presidente comarcal y vicepresidente autonómico de Cruz Roja, «se van tranquilizando». A partir de aquí, ya quedan en manos de la Policía Nacional o son derivados a los hospitales si precisan atención.
A pesar del repunte que se está produciendo en las llegadas, asegura que «la crisis de los cayucos no se va a repetir».
solidaridad. De los canarios, dice Gerardo Santana, sólo ha visto solidaridad. Cuando llega una patera, sobre todo si es de día, suele haber gente en el muelle. A pesar de que Cruz Roja tiene comida, ropa y material para atenderlos, siempre hay personas que llegan con alimentos e incluso, cuando son niños, gritan «dámelo, que me lo llevo a mi casa y lo cuido», señala.
En este mes y medio de 2020, más del 95% de los 1.000 inmigrantes que han llegado a las islas lo ha hecho por Arguineguín. Allí estaban siempre los voluntarios de Cruz Roja. A cualquier hora. Después vuelven a su trabajo y su vida. Hasta el siguiente aviso.
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