La población extranjera aumenta en Euskadi pero se advierte de un riesgo de «aislamiento» social
El colectivo supone ya el 9,7% del censo, mejora su situación económica tras la crisis pero el contacto con la población autóctona baja, sobre todo entre personas de origen africano
Diario Vasco, , 13-02-2020La población extranjera ha crecido en Euskadi hasta las 211.208 personas, que suponen un 9,7% de la población vasca, pero se advierte un riesgo de «aislamiento» social debido a la escasa relación de algunos colectivos extranjeros con la población autóctona. La población de origen africana y de origen chino manifiestan en este sentido mayores problemas de integración. Esta es una de las principales conclusiones de la encuesta EPIE 2018 sobre población extranjera elaborada por el Observatorio de la Inmigración Ikuspegi y presentada este miércoles por la consejera de Empleo y Políticas Sociales Beatriz Artolazabal, junto con la viceconsejera Lide Amilibia y el investigador Arkaitz Fullaondo.
La evolución de la población extranjera en términos generales es positiva, tanto en términos demográficos como en su situación económica. Además de aumentar su peso en el censo, mejoran tras la crisis económica. Aumenta su nivel de ocupación laboral y disminuye el porcentaje de inmigrantes que no disponen de ingresos hasta menos del 25%. El porcentaje de quienes tienen la RGI como principal fuente de recursos baja a la mitad, hasta el 7,6%, ha destacado Artolazabal.
Las cifras de la encuesta reflejan también que el nivel de ingresos de este colectivo crece, y en paralelo se ha producido también una mejora de su situación administrativo, con apenas un 4,6% en situación irregular (sin papeles), mientras se han incrementado las nacionalizaciones y la idea de asentarse de forma permanente en Euskadi.
La cara B de esta mejoría está en determinados grupos y nacionalidades, especialmente vulnerables y que sufren más precariedad, sobre todo los de origen africano. Su situación contrasta con la percepción mayoritaria de la población extranjera, que se siente integrada, como así lo cree el 87,9% de las personas (4.700 personas extranjeras de más de 16 años en total han sido encuestadas). Sin embargo, un 20% de africanos asentados en Euskadi dice sufrir problemas de discriminación. Y cuatro de cada diez personas de origen chino (37,3%) señala también esa distancia.
La situación de la población china es particular. El colectivo tiene el mayor nivel de ocupación, sin paro ni perceptores de la RGI ni de otras ayudas sociales. Es el que más ahorra, pero son quienes se autoperciben menos integrados y menos predispuestos a la apertura con la población autóctona, aunque estos indicadores mejoran los resultados de 2010, recoge el Departamento.
El porcentaje de quienes no buscan contacto con la población autóctona, en casi cinco puntos respecto a la encuesta de 2014. La comunidad china es la menos predispuesta. La consejera ha reflexionado sobre esta realidad y ha dicho que «nos obliga a una cuidadosa reflexión para prevenir comportamientos que pudieran lelvar a procesos de exclusión y aislamiento» social. Los problemas graves de racismo, por ejemplo, han subido. «No estamos exentos de la xenofobia, no somos una isla», ha remarcado Artolazabal.
El informe concluye que los datos relativos a los problemas de integración y de pérdida de contacto con la población autóctona «obligan a una reflexión cuidadosa en la medida que indican procesos que afectan a la convivencia social. Más que problemas preocupantes, estos procesos invitan sobre todo a prevenir comportamientos que pudieran facilitar procesos de exclusión y aislamiento».
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