«¡Ya hay puerto de desembarco!»
Sicilia. Los 158 migrantes a bordo del 'Aita Mari' llegarán mañana al muelle de Messina tras recibir el permiso de las autoridades
Diario Vasco, , 12-02-2020Acarician ya su llegada a tierra firme, a tierras europeas. El ‘Aita Mari’ recibió ayer luz verde por parte de las autoridades italianas para desembarcar en el puerto de Messina, al noroeste de Sicilia. Nada más comunicar la noticia, la alegría se desató entre los miembros de la tripulación y los 158 migrantes rescatados en aguas del Mediterráneo central. «¡Ya hay puerto de desembarco!», anunciaba la organización Salvamento Marítimo Humanitario a través de su cuenta de Twitter. Por unos momentos, la agonía pasó a un segundo plano y los puños en alto se repitieron en señal de victoria. Todos quieren que continúe la alegría para siempre y olvidar el horror del que huyeron.
El buque de rescate guipuzcoano, que se encontraba al sur de Lampedusa a la espera de la respuesta italiana, puso ayer mismo rumbo a puerto y la previsión es que llegue a su destino «mañana hacia el mediodía», según estimó el presidente de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, Iñigo Mijangos. «Estamos a 250 millas, que son unas 30 horas, aunque seguimos pendientes de la evolución del parte meteorológico», que podría retrasar la singladura. «Cuando pasemos el canal bajaremos la velocidad para que el mar salpique menos y no entre al barco, porque es una zona de mucho viento», explicaba a bordo del ‘Aita Mari’.
Este ha sido el puerto asignado por Italia como punto seguro de desembarco para las 158 personas rescatadas en los últimos días. Se termina de esta manera el sufrimiento de este grupo de hombres, mujeres y niños que fueron localizados a la deriva y a punto estuvieron de morir ahogados.
El buque se encuentra ahora al borde de su capacidad después de que en un segundo rescate el ‘Aita Mari’ salvara este lunes a 65 personas que se suman a las 93 que encontró el domingo. Y cada hora que pasa, la realidad se torna más complicada. «La situación es incómoda, vamos muchísimos en el barco y no está preparado para tanta gente», describe el presidente de la oenegé guipuzcoana, aferrado a su empeño por seguir salvando vidas. Las mujeres, tres de ellas embarazadas en avanzado estado de gestación, y los 51 niños que viajan en el buque de rescate «se cobijan en la bodega», pero los hombres «están en la cubierta, entre la proa y la popa» y, aunque el espacio está protegido por una lona «hace muchísimo frío, sobre todo por la noche, y algunas mantas con las que se abrigan se han mojado». A las condiciones de «hacinamiento» se unen las climatológicas, que estaban empeorando en las últimas horas de la tarde de ayer debido a la tormenta que se avecina. «El Mediterráneo no es un mar amable ahora», concreta Mijangos.
El equipo sanitario del buque controla el estado de una mujer embarazada, «que se encuentra en observación», y ayuda a «otros casos que se están produciendo a bordo como deshidratación, crisis de ansiedad e hipotermia, sobre todo en niños que viajaban en el primer bote, que para ellos será ya su cuarto día a bordo. La gente está alterada y muy cansada», añade el vicepresidente de SMH, Iñigo Gutiérrez, que recuerda que a este desgaste físico se le une el psicológico tras haber tenido que huir del «infierno» que padecen en Libia. «Hoy en día, ese país africano está en guerra y las personas migrantes sufren persecución por el simple hecho de serlo».
Una vez se produzca el desembarco, el equipo de SMH zarpará hacia su puerto de descanso, en Siracusa, pero «esto no acaba aquí». «Aunque hoy celebremos el desembarco de 158 náufragos/as, no podemos olvidarnos de las, al menos, 91 personas que desaparecieron en la madrugada del 9 de febrero porque los libios se negaron a ir a buscarlos. Y la Unión Europea es cómplice de estas muertes», expresan los miembros de esta oenegé.
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