ARTÍCULO // EL BILLETE

VIAJE A NINGUNA PARTE

El Periodico, 05-06-2006

Los inmigrantes senegaleses devueltos a su país llaman malos tratos a ser llevados con engaños adonde no querían ir. La prensa española comenta con suficiencia que es una treta para impedir que los expulsen. Pero hay algo más. Los nietos de negros senegaleses llevados con engaño como esclavos, del siglo XVII al XIX, a algún lugar del Occidente rico cuentan ese pasado de modo distinto a como lo hacen los nietos de quienes les llevaron por la fuerza. No es lo mismo contar su historia a que te la cuenten. Quien narra su propia historia tiene en cuenta el sudor que le costado reunir el dinero para el trayecto, las angustias de un viaje peligroso y las esperanzas de una vida mejor. Que esos esfuerzos, riesgos y esperanzas no hayan servido para nada y que todo acabe en el punto de partida, explica la denuncia de tortura y malos tratos.
Mientras los cayucos cruzan el mar para huir de la miseria se discute en Europa su pasado esclavista. Aquí no se libra nadie. Todos hemos tenido esclavos y cuando se abolió la esclavitud les cambiamos cadenas por trabajos forzados. Los actores son los mismos: negros, blancos y barcazas. Ha cambiado la dirección de la travesía: antes se les capturaba en su tierra porque se les necesitaba en la nuestra; ahora huyen de la suya, pero están de más en la nuestra. Quieren ir libremente adonde antaño eran llevados por la fuerza. Pero entre esos dos movimientos ellos establecen una relación. Por eso juzgan nuestro educado trato, devolviéndoles a su lugar de origen en modernos aviones, como un maltrato. Sienten que les debemos algo.

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