San Juan multicultural

Cientos de extranjeros viven las fiestas entre los mirandeses con el mismo entusiasmo que cualquier otro sanjuanero

El Correo, 05-06-2006

Viven las fiestas desde otro punto de vista. Para ellos, el desfile de blusas, charangas y color por la ciudad es algo muy diferente a lo que están acostumbrados a ver en sus países de origen. En la mayoría de los casos, lo que les llama más la atención es la vida que, de repente, cobra la ciudad, pasando del gris del día a día a un torbellino de color.

Dayana Andrade es una joven ecuatoriana de trece años que ha vivido San Juan desde los diez. Ella asegura que se encuentra encantada con unas fiestas diseñadas «para divertirse a todas horas con los amigos». En su país de origen las celebraciones son muy diferentes. «En Ecuador también hay música y trajes, pero no se parece en nada a las blusas o las charangas. Las de Miranda son muy divertidas», asegura.

Otra joven sudamericana, Daniela Montoya, también cree que San Juan del Monte es muy divertido. «Son increíbles y la verdad es que me lo paso muy bien con mis amigas mirandesas Amaya, Cristina y Ariadna», señala. De hecho, se muestra convencida de que esta tradición la va a vivir todos los años «porque creo que merece la pena quedarse y disfrutar de las fiestas».

Tom Rew y Andy Spicer son dos ingleses que trabajan en la academia Central Park Idiomas. Ambos han decidido quedarse estas fiestas para disfrutarlas y conocerlas a fondo. «Nuestros alumnos y amigos nos han hablado mucho de ellas. Y no nos están decepcionando», señalan.

Tal y como confiesan, nunca se habían encontrado con una fiesta así a pesar de que han viajado por muchos países, pero sobre todo nunca habían visto algo parecido al Bombazo. «Nos ha encantado. Todo es muy divertido, desde ver a la gente con chubasqueros hasta que te rocíen con el cava. Está muy bien», admite.

Además, Tom se muestra convencido de que las fiestas son aún mejores de lo que él se había imaginado. «Es increíble escuchar a la gente las ganas que tiene de que empiece San Juan. Y no me extraña…». Pero si tiene que buscar un parecido con alguna fiesta que conoce no duda en que es el carnaval. «Toda la gente va disfrazada por la calle así que lo más parecido que se me ocurre es carnaval», apunta Tom después de admitir que «no me he quitado el pañuelo en todas las fiestas».

Nada que ver

Más acostumbrada está Eloisa Pedraza, una madre colombiana que ya ha vivido varios San Juan del Monte. Tanto ella como su familia aseguran que están encantados con unas fiestas «que no tienen nada que ver con ninguna otra de las que conocemos».

Tanto le gustan que ha intentado formar una peña. «Tratamos de hacer una cuadrilla 80 colombianos, pero el presidente de la Cofradía nos dijo que ya no había espacio en San Juan para construir una caseta y que nos integráramos en algunas que tienen poca gente. Lo miramos, pero al final vimos que nuestras costumbres son muy diferentes».

Según asegura, estas fiestas son vividas al principio con mucha reticencia por parte de los inmigrantes. «Es lógico. No conocen nada de lo que les espera, salvo que la gente se disfraza. Yo les digo que primero tienen que vivir las fiestas al máximo e integrarse. Al año siguiente todos me dicen cómo se pueden apuntar a una peña», comenta.

Quien también se encuentra disfrutando estos días de la fiesta es Moulad Han, un chico magrebí de 23 años para quien en San Juan «te puedes saltar muchas reglas y expresarte sin prohibiciones. Es lo mejor que tienen, aunque me sorprende mucho que la gente vaya disfrazada».

Y es que estas fiestas es lo que tienen: son capaces de unir a personas completamente diferentes al son de la música, el color, la alegría y el espíritu sanjuanero.

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