Argumentos para el cabreo
Las Provincias, 04-06-2006A la hora de pensar en el tema de este artículo me pregunto qué es lo que me ha cabreado más esta semana, la deslealtad de Zapatero con Rajoy en el debate del estado de la nación, el falso progresismo que critica a los que identifican el incremento de la delincuencia con la inmigración ilegal, el espectáculo lacrimógeno – mediático de los últimos días a costa de la muerte de una famosa tonadilleramuy demostrativo de nuestro auténtico talante o todo lo que rodea a la selección española de fútbol, desde la campaña para que Raúl sea titular, al ridículo vídeo de los jugadores y el seleccionador cantando, pasando por el acoso y derribo a Cañizares. Me resulta difícil quedarme sólo con un argumento. Ingenuo de mí, esperaba del presidente del Gobierno un comportamiento de hombre de Estado, pero lamentablemente me ha demostrado que su único interés es pasar a la posteridad como sea y cerrar un acuerdo con los etarras para poder salir anunciando que es el hombre que ha traído la paz a España. Y si para eso hay que sentarse a negociar con los batasunos, se sentará, y si hay que soltar a presos etarras, los soltará, y veremos qué pasa cuando se ponga sobre la mesa Navarra.
Preso de la misma ingenuidad, que empieza a rayar en la estupidez, creía que las estadísticas sirven para algo, y que si esas estadísticas señalan que el incremento de la delincuencia se ha producido con la llegada de inmigrantes ilegales, nadie sería tan simple de acusar de xenófobo y racista a quien pide un mayor control de la inmigración, un control que evite que aquí se reproduzcan en un futuro no muy lejano los recientes incidentes de París. Pero ya ven que no, que es más fácil insultar que razonar.
¿Y qué me dicen de un país paralizado y conmocionado por la muerte de una cantante? ¿Lo que ha provocado tanto interés ha sido su trayectoria artística o el morbo rosa, con ese cóctel del torero, el ex marido boxeador, la hija, el ex yerno guardia civil…?
Y para acabarlo de arreglar, el fútbol. No es que me enfade porque vea que al final va a jugar Raúl, que jugará, ni porque vea que la Selección Española será, otra vez, el Real Madrid II, que lo será, sino porque me imagino alegrándome en silencio cuando, como marca la tradición, nos eliminen en cuartos. ¡Y entonces, sólo entonces, coincidiré en algo con Carod – Rovira! Para echarse a llorar.
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