De la mano de la peña de seguidores de la Real Sociedad, Emaneurre, el vestíbulo del palacio Barrena acoge hasta el próximo 7 de febrero, la exposición fotográfica ‘Duintasuna elika ezazu-Alimenta la dignidad’, un proyecto de la ong Zaporeak, con el que pretende mostrar la labor y compromiso que desde hace años viene desarrollando en diferentes campos de refugiados.

En Zaporeak son conscientes de que no van a salvar el mundo pero tienen claro que su proyecto ‘Duintasuna elika ezazu’ va a tener un efecto directo en las personas que acuden solicitando ayuda.

El proyecto Zaporeak nació en la sociedad gastronómica de Intxaurrondo para desarrollar iniciativas de carácter solidario siempre ligadas a la alimentación. Al principio se trataba de eventos con los que recaudar fondos para ongs y fundaciones, pero el drama de los refugiados sirios hizo que la organización diera un gran salto.

«Hay que recordar explican los componentes de Zaporeak, que entre las personas refugiadas se encuentran niños, jóvenes, ancianos y mujeres embarazadas que están huyendo de una guerra y se aventuran en busca de nuevas oportunidades cruzando el mar. Siempre hemos tenido una sensibilidad especial hacia los refugiados, manifestando nuestra profunda humanidad al volcarnos en ofrecer nuestro apoyo y ayuda a estos refugiados, siempre les hemos visto y lo hemos afrontado desde un punto de vista humanitario. Estas personas confían en nosotros para poder sobrevivir y tener esperanza. Ellos recordarán lo que hagamos».

De esta manera, en enero del 2016, los fundadores de la asociación ‘Intxaurrondotik Wukrora Elkartea’ alarmados por la situación que los medios trasladaban se estaba viviendo en las islas griegas y con las noticias provenientes de otras ongs y asociaciones que ya se encontraban allí, deciden desplazarse a la isla de Chios para ver cómo podrían ayudar y rápidamente se dan cuenta de lo que pueden hacer. Preparar una comida sana y equilibrada y repartirla entre los refugiados que se encuentran en una situación muy precaria. Con fondos propios y donaciones de empresas, montaron una cocina en la que trabajaban diariamente entre 15 y 20 voluntarios. Cada diez días, la mitad del personal se sustituía con una remesa nueva de voluntarios, de manera que todos permanecían una media de tres semanas. De ese modo, siempre había gente con experiencia para formar a 105 nuevos voluntarios. Por la cocina de Zaporeak en Chios pasaron más de 300 voluntarios.

En Chios, Zaporeak repartió su última comida el 5 de marzo de 2017, pero desde entonces no ha abandonado la labor de ayudar a las personas refugiadas y ha estado y sigue enviando alimentos y material a Chios, EIIiniko, Ritsona, Oinofyta, Lesbos, Tesalónica y Atenas.

Todo este trabajo, destacan, ha tenido y sigue teniendo como base fundamental la solidaridad demostrada por la sociedad vasca, tanto a nivel particular como de las empresas y de las administraciones públicas. Quienes deseen colaborar con Zaporeak pueden hacerlo a través de su página web, Zaporeak.eus.

Un proyecto a favor del cual Emaneurre ha organizado una ‘bertso afaria’ para el 7 de febrero en la sidrería Tximista con la participación de Iker Zubeldia, Maialen Lujanbio y Amets Arzallus, cita para la que están todas las entradas vendidas. La recaudación irá destina al proyecto ’Duintasuna elika ezazu!.