«El empleo es la parte más complicada de la inserción social». Pero la experiencia de educadores como Javi Jiménez enseña que la mejor manera para insertar a personas en situación de exclusión social es justamente «a través de la formación y el empleo».

Johnier, un joven colombiano afincando en Arrasate de 31 años, o Asier, arrasatearra de 42, se esfuerzan por adquirir nuevos conocimientos, por labrarse un futuro laboral o sencillamente por poner orden en su vida. Ambos forman parte de la primera promoción de la iniciativa ‘Lan – R – Bai’. Un innovador proyecto que se desarrolla en una antigua vivienda de la calle Hondarribia y en el que 15 mujeres y hombres de 19 a 50 años aprenden y trabajan reformando este inmueble de titularidad municipal.

Realizan labores de albañilería, carpintería, fontanería… bajo la guía del monitor de oficios Iñigo Zubeldia, y en diez meses los aledaños de este inmueble bifamiliar han pasado de ser una «escombrera devorada por la maleza y las humedades» a lucir como una casita con encanto, dotada invernadero, terraza, taller en el antiguo gallinero y con un friso de madera embelleciendo el hormigón del murete de contención del huerto donde ahora crecen las hortalizas.

La restauración del entorno ha incluido la canalización de aguas que antes ocasionaba inundaciones y reiteradas quejas vecinales. «Ahora la que vive al lado está encantada» asegura el educador Jiménez.

Y Johnier, Asier y sus trece compañeros tienen motivos sobrados para enorgullecerse de un trabajo que les reporta satisfacción, autoestima y motivación.

Todos ellos fueron seleccionados por los servicios sociales para participar en este proyecto en atención a sus dificultades de inserción social. Jóvenes procedentes de los recursos de acogimiento familiar y residencial, personas con problemas de adicciones, mujeres víctimas de violencia de género, inmigrantes o minorías étnicas… constituyen el heterogéneo perfil de los participantes en este innovador proyecto de inserción sociolaboral.

‘Lan – R – Bai’ es un proyecto de 2 años de duración que beneficiará a 30 personas en dos tandas de 15. Los quince primeros finalizarán su ciclo de formación el próximo marzo, y será entonces cuando los siguientes 15 iniciará su periodo formativo de diez meses de duración. A los siguientes ‘aprendices’ les corresponderá continuar con los trabajos de acondicionamiento y mejora tanto en el exterior como en el interior de la casa, en un régimen horario que va de 9.00 a 14.00 horas y por el que los participantes perciben una beca diaria de 10 euros durante los 10 meses que dura el curso.

El inmueble que comprende los número 1 y 3 de la calle Hondarribia fue adquirido por el ayuntamiento después de que las obras de construcción del ascensor público de Makatzena desencadenaran un desprendimiento que afectó a la estructura del inmueble, habitado hasta entonces sólo en el número 3.

El área municipal de urbanismo prepara un proyecto para rehabilitación estructural de este inmueble que adelante se dedicará a actividades formativas para personas en exclusión.

El presupuesto total del programa bienal ‘Lan – R – Bai’ asciende a 393.441 euros, 196.721 euros anuales, y cuenta además de la aportación económica del Ayuntamiento de Arrasate, con el apoyo del Fondo Social Europeo y la Diputación Foral de Gipuzkoa.

El objetivo de este programa es «crear itinerarios integradores personalizados» a través de un empleo – formativo adaptado a las personas en situación de exclusión social, con el objetivo de «dotarlos de herramientas, recursos y habilidades necesarias para acceder a la formación normalizada o al mercado laboral (apoyado o normalizado) a través de la ayuda social y educativa; en definitiva, la integración social y laboral de las y los arrasatearras en esta situación. Porque Arrasate es un pueblo que no excluye a nadie», señaló la concejala de asuntos sociales Maitane Muñoz (PNV) durante la presentación de Lan – R – Bai.