Los 99 inmigrantes repatriados el pasado miércoles desde las islas Canarias a Senegal han rechazado el proyecto Retorno a la Agricultura, propuesto por el ministro de Agricultura senegalés, Farba Senghor, como respuesta al fenómeno de la emigración clandestina, y han pedido visados de vuelta a España o «la muerte».

Según recogía ayer la prensa local, los repatriados rechazaron en bloque la propuesta que el viernes les presentó Senghor – uno de los pesos pesados del Gobierno – en un encuentro en el Ayuntamiento de Dakar, en el que manifestaron su descontento con la política de su Gobierno.

Los jóvenes amenazaron con dirigirse al Palacio de la República para reunirse con el jefe del Estado, Abdoulaye Wade. Según el diario Sud Quotidien, los emigrantes, muy alterados, pidieron ser devueltos de manera inmediata a España. Asimismo, rechazaron por unanimidad elegir delegados, como propuso el ministro para hacerse cargo de sus quejas, argumentando que esto sería un medio de corromperlos y dividirlos.

«Este proyecto no es nuestra ambición, lo que queremos es volver a a salir. Nuestros padres han perdido todo para permitirnos viajar. La agricultura del país no marcha y el Gobierno se permite proponernos un retorno a la agricultura. Mientras, el maní de los campesinos se pudre en el medio rural», declaró uno de los portavoces de los repatriados, Abou Kane. «Devolvednos a España o matadnos», gritó, mientras Senghor abandonaba el edificio.Después, algunos jóvenes quisieron tomar las calles y uno de ellos se precipitó sobre el coche del ministro, mientras otro sufría un ataque de ansiedad. Los emigrantes protagonizaron fuertes altercados con miembros de la Policía, informa Europa Press.

«Pagué 800.000 francos CFA [más de 1.200 euros] por este viaje», añadió Abou Kane. «Hemos vendido todo para este viaje. ¿Qué va a ser ahora de nuestra familia? Nuestro Gobierno nos ha engañado.Cuando la delegación senegalesa llegó a Canarias, nos dijo que era para ayudarnos a la regularización. Nos dijeron que nos llevarían adonde quisiéramos, a Málaga, Barcelona, o a cualquier otro sitio.Y los miembros de la Cruz Roja nos contaron que el Gobierno español no tenía derecho a repatriarnos. Nuestra expulsión sólo ha sido posible con el consentimiento de las autoridades de Senegal.Los gambianos, los malienses y los guineanos siguen allí. Nadie les ha repatriado», se queja.

Tras los enfrentamientos con los agentes, y mientras llegaban refuerzos policiales, los emigrantes comenzaron a retirarse con dirección a la localidad de Yaraj, donde trataron de definir un plan de acción. Ya en ese lugar, los jóvenes repatriados quemaron neumáticos y bloquearon algunas calles. Nuevamente se produjeron enfrentamientos con las fuerzas del orden, que detuvieron a 10 de ellos, acusados de alterar el orden público.