El Centro de Internamiento de Extranjeros en Capuchinos, en Málaga capital, registró el año pasado tres fugas, un suicidio, y varias peleas. La Fiscalía, en su Memoria Anual, alerta de que el centro «continúa con las mismas carencias de años anteriores» y de que «cada vez se parece más a un centro penitenciario, pero sin contar con la infraestructura de los mismos».

No tiene una organización propia, ni un presupuesto ni unos vigilantes específicos. Además, allí conviven, según la Fiscalía, extranjeros pendientes de la repatriación que tan sólo han cometido una infracción administrativa con «delincuentes peligrosos». De ahí que apunte a «la conveniencia de construir módulos separados». Aunque las medidas de seguridad han aumentado y este año hay prevista una inversión de 300.000 euros para eliminar las humedades «provocadas por la antigua construcción», Extranjería asegura que los medios aún son insuficientes. Su actual cabida es de 85 hombres y 25 mujeres, con 10 plazas reservadas a los detenidos de Melilla y otras tantas a Almería.

El número total de internos que pasaron por Centro de Internamiento en 2005 fue de 1.909, de los que 1.655 fueron hombres y 254 mujeres. Del total, 1.233 fueron expulsados y 676 puestos en libertad al cumplirse el plazo máximo de internamiento. Las tres nacionalidades más numerosas fueron rumanos, marroquíes y argelinos.