Eibar recupera población y alcanza los 27.522 habitantes, en el mismo nivel que en 2006

La localidad registró el pasado año un total de 116 personas más que los 27.406 habitantes de 2018. Se mantiene la tendencia alcista iniciada hace diez años, tras descensos progresivos desde la década de los ochenta

Diario Vasco, A.E., 10-01-2020

La población residente en Eibar sigue aumentando, a tenor del último dato de 2019, cuando se contabilizó un total de 27.522 habitantes, excatamente 116 más que en 2018. De ese conjunto poblacional un total de 13.391 son hombres y 14.131 son mujeres .

Así, sigue nuestra ciudad con una tendencia alcista frente a la reducción notable que tuvo lugar el pasado siglo. No obstante, fue en 2010 cuando se tocó fondo, con un total de 27.378 habitantes, con aumentos, en diez años, de 144 más. En este momento, el número de habitantes tiene un similar nivel al del 2006, justo antes de iniciarse la crisis económica, con 27.530 vecinos.

Hay que tener en cuenta que la población eibarresa ha pasado por muchas fluctuaciones. En 1850, contaba con 3.500 habitantes; en 1900, con 6.500; en 1940, con 11.800, momento en el que se inicia el boom del desarrollo industrial. En 1960, se pasó a 31.700 habitantes y en 1965 alcanzaron los 35.617. Siguió aquel aumento de la población hasta que en 1978 supuso la cima con 39.561 habitantes, el mayor censo que ha alcanzado Eibar.

A partir de aquí, se inician los descensos. Un período muy significativo fue entre 1980 y 1986, cuando la población eibarresa descendió a un ritmo anual de mil personas hasta quedarse en los últimos años con una media de 27.500 habitantes. Por ello, la pérdida de población es uno de los principales problemas y retos de futuro a nivel social a los que se enfrenta Eibar.

Todo ello se está dando en un proceso, además, de descenso de la natalidad, ya que la sociedad eibarresa envejece cada año más. En este sentido, el crecimiento vegetativo sigue siendo negativo al ser superior el número fallecimientos al de los nacimientos.

En el 2016, los natalicios fueron 235 (130 niños y 105 niñas), frente a los 248 de 2015 y los 240 de 2014. Muy atrás queda la época en que se registraba un gran número de nacimientos. En 1960 alcanzaban los 803, y en 1965 supusieron 913, cuatro veces más de los que se producen ahora.

Después, en 1975 bajaron a 658; en 1976 a 657, a 633 en 1977, décadas de los sesenta y setenta que vivieron el fenómeno del ‘baby boom’. A partir de esos años, con la crisis económica y el éxodo de población, los nacimientos bajaron sustancialmente hasta pasar a ser de 375 en 1981, 362 en 1982 y 323 en 1983.

Posteriormente, en el periodo 1998 – 2007, la disminución de la población se situó en el 7,8%, registrando en términos absolutos una pérdida de 2.308 personas. Sus causas fueron el retorno de parte de la población inmigrante que llegó al municipio durante la década de los 60 y 70, y que después de alcanzar la jubilación regresaron a sus puntos de origen.

Por otro, el objetivo de los habitantes jóvenes de Eibar de buscar una mejor calidad de vida hizo que muchos marcharan a Donostia, Zarautz o Deba, hecho que produjo una pérdida de población, con un ritmo de nacimientos menor.

A partir del año 2000 se instalaron los nacimientos entre 220 y 240 criaturas al año. Y eso que en la década anterior, 1990 – 2000, el número de alumbramientos se mantuvo en general por debajo de los 200 anuales.

Los datos más bajos fueron los de 1991 (183 nacimientos) y 1992 (175). El Ayuntamiento tuvo que instaurar la concesión de una medalla, en 1998, para todos los niños nacidos en aquella época. Este obsequio municipal fue recibido por casi 3.000 niños que nacieron en Eibar, siendo entendido como un premio que se otorgaba por darse de alta en el censo eibarrés.

Todo ello ha llevado a que el crecimiento vegetativo en nuestra locaslidad sea claramente negativo. En este momento, en Eibar fallece un mayor número de eibarreses del que nacen.

En 2015 y 2016 el número de fallecimientos superó los 310 y en el 2014 alcanzó los 331, niveles que se repiten en los últimos años, aunque según el Eustat, el nivel más bajo estuvo en 144.

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