El drama de la inmigración abrió el año tal y como lo cerró en 2019. La llegada masiva de ‘sin papeles’ a las costas de Cartagena jugándose la vida en el mar para buscar un futuro mejor volvió a poner en guardia a los servicios de emergencias día y noche y a desbordar los espacios de atención a los inmigrantes . Tanto fue así que la comisaría tuvo que habilitar, de madrugada, la sala donde se expide el Documento Nacional de Identidad (DNI), para evitar que ocho mujeres y siete niños, entre ellos tres bebés, tuvieran que pasar la noche en los calabozos o en el interior de la carpa instalada en un patio. Estas zonas también estaban repletas de personas. Fuentes de la Delegación del Gobierno aseguraron que los alojaron allí para mantenerlos en condiciones óptimas. Debido a la meteorología favorable, anoche no se descartaba que llegaran más pateras este sábado.

Desde el 1 de enero, ya de madrugada, hasta ayer por la mañana, arribaron al puerto 230 personas, toda ellas argelinas. Fueron interceptadas en diecisiete barcos por las embarcaciones de las patrulleras de la Guardia Civil ‘Río Guadalentín’ y de Salvamento Marítimo ‘Luz de Mar’ y ‘Salvamar Mimosa’. De todas ellas, 202 eran varones mayores de edad, 13 mujeres y 15 menores. Cinco pateras fueron detectadas a cinco millas de Cartagena, once en alta mar y una en la Playa de Levante de La Manga. Todas ellas fueron distribuidas por los siete Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) repartidos por España y por las comisarías de Murcia y Lorca, según fuentes de la Delegación, organismo que llevó toda la coordinación del dispositivo. Además, aseguraron que no se dejó a nadie libre, como sí se hizo en otras ocasiones, por ejemplo en la oleada de septiembre. Hace cuatro meses llegaron 326 extranjeros y el pasado fin de semana 122.

Uno de los peores momentos que vivieron en su travesía en busca de un nuevo mundo ocurrió anteayer por la noche. Según fuentes del organismo estatal, una de las pateras fue localizada a la deriva por el helicóptero ‘Helimer’ a 54 millas náuticas al este del Monte de las Cenizas, por lo que se tuvo que realizar una compleja operación de rescate.

Las mafias que organizan estas avalanchas aprovecharon la buena mar reinante en el Mediterráneo para enviar un goteo incesante de embarcaciones con irregulares. Comenzó a las 5.15 horas del día 1, cuando el SIVE (el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior de la Guardia Civil) activó la alarma al detectar las cinco primeras pateras y terminó el viernes por la mañana, con la llegada de otras 42 personas al puerto de San Pedro, en cuatro barcazas.

La Delegación del Gobierno, el Ayuntamiento de Cartagena, Cruz Roja y Policía Nacional activaron un dispositivo especial, para asistir a todos los irregulares. En un hospital de campaña instalado por la ONG, los inmigrantes fueron atendidos por una veintena de voluntarios, entre ellos un médico, tres enfermeros y varios intérpretes.

Antes de su desembarco, los servicios de emergencias subieron a la ‘Salvamar Mimosa’, para realizar un primer chequeo a los rescatados. Los que parecían tener frío o estar desnutridos recibieron bebidas calientes y mantas, y los que mostraban síntomas de enfermedad fueron sometidos a un reconocimiento preliminar ya en tierra. Ninguno de ellos tuvo que ser trasladado al Hospital Santa Lucía. A todos se les entregó un kit de ropa y calzado, explicó el presidente de Cruz Roja en Cartagena, Andrés Ros.

Posteriormente fueron puestos a disposición de la Policía Nacional, para completar los trámites para su ubicación temporal y posterior devolución. Las familias o personas vulnerables fueron derivadas al Programa de Acogida Humanitaria del Ministerio de Trabajo e Inmigración. A todos ellos se les incoará un expediente de expulsión y en próximas fechas serán devueltos a su país, cumpliendo así con la normativa vigente.

La principal dificultad que encuentran las autoridades para cumplir ese trámite es que los extranjeros que llegan en patera lo hacen sin papeles ni nada que acredite su país de origen, con lo que dificulta el papeleo de retorno, sobre todo en el caso de los subsaharianos.

Este aluvión volvió a generar una situación de colapso en Cartagena. Ayer por la mañana, casi un centenar de inmigrantes seguía en dependencias policiales esperando traslados: las mujeres , para ir a residencias benéficas concertadas y los hombres, a centros de internamiento donde esperar el momento de su expulsión de España.

Esto puso, de nuevo, de relieve la necesidad de construir un Cate (Centro de Atención Temporal a inmigrantes ). El delegación del Gobierno, Francisco Jiménez, aboga por abrirlo en el puerto, de ahí que estudie ya posibles ubicaciones. Esta propuesta le ha valido a su máximo responsable críticas por parte del PP, que consideran que perjudicaría la imagen turística de la ciudad al ser la puerta de entrada del turismo de cruceros.

Precisamente, llamó mucho la atención ayer la imagen de la llegada de los inmigrantes en la embarcación de Salvamento Marítimo al muelle de contenedores, mientras el crucero ‘Aidamar’ estaba atracado en el muelle de Alfonso XII. Este llegó con más de 2.600 turistas.

El pasado año llegaron a las costas 1.475 irregulares, de los que 327 eran menores no acompañados (menas). Son menos que en 2018, cuando la Administración tuteló a 501 niños. El descenso se debió a las malas condiciones climatológicas del último trimestre del año. En cuanto el tiempo ha mejorado ha comenzado a llegar una avalancha de pateras a la Región.

En las últimas 48 horas han desembarcado en el puerto de Cartagena 19 menores extranjeros no acompañados (12 entre miércoles y jueves y 7 hoy viernes). Hay otros seis posibles casos, aún por confirmar, en Cabo de Palos y 9 en Cartagena.