Casi dos centenares de inmigrantes repartidos en cinco pequeñas embarcaciones, incluidos 13 menores, una mujer y dos hombres acusados de ser patrones, arribaron ayer a Canarias, en una jornada en que el Cabildo de Tenerife acordó pedir a España y la UE ayuda ante «la presión de avalanchas migratorias».

La oleada de cayucos proseguirá previsiblemente este fin de semana, ya que el mar está como una balsa y un avión de reconocimiento ha avistado varias barcazas saliendo desde Mauritania.

Las llegadas de estos inmigrantes, 190 en total, se repartieron entre cuatro islas: Tenerife, Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria. Esta última fue escenario de la llegada más reciente, la de 68 subsaharianos, uno de ellos menor, rescatados casi a mediodía de un cayuco que, al poco tiempo, se hundió, informa Efe.

Otros 13 magrebíes, incluidos una mujer y tres chicos de unos 17 años, fueron detenidos en Lanzarote, como fruto de un dispositivo de búsqueda puesto en marcha por la Guardia Civil, después de hallar una pequeña patera en la costa. Otro de los cinco grupos de inmigrantes de ayer, compuesto por 17 adultos y ocho menores, arribó a Fuerteventura a bordo de una lancha neumática.

También hubo llegadas de inmigrantes anteanoche en Gran Canaria, donde desembarcaron 29 hombres subsaharianos que viajaban en un cayuco. Además, fueron desembarcados otros 53 inmigrantes en la isla de Tenerife.

El Pleno del Cabildo de la isla aprobó un acuerdo en el que reclama medidas legislativas que garanticen la repatriación de los inmigrantes y que se realice «una verdadera acción de Estado que, junto con la UE, permita el desarrollo de un plan estratégico para Africa».