Senegal no admitirá repatriaciones hasta que se pacten nuevas ayudas económicas

El Mundo, 03-06-2006

La política de extranjería del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero recibió ayer un doble tirón de orejas; uno por parte del Gobierno senegalés y otro del Ejecutivo alemán.


El país africano aceptó ayer como «suficientes y apropiadas» las explicaciones de España sobre la repatriación del primer grupo de inmigrantes senegaleses desde Canarias. Sin embargo, mantiene suspendido el proceso de readmisión mientras se concreta el futuro de la cooperación bilateral y la asistencia en proyectos agrícolas.


Tras una entrevista de más de dos horas con el secretario de Estado español de Asuntos Exteriores, Bernardino León, el ministro senegalés del Interior, Ousmane Ngom, afirmó que el proceso de repatriación permanece suspendido, informa Efe.


Senegal interrumpió bruscamente el jueves el convenio de readmisión de sus compatriotas, menos de 24 horas después de que Zapatero publicitase el acuerdo durante el Debate sobre el estado de la Nación.


El país africano acusó a España de maltratar y engañar a los inmigrantes deportados el miércoles, ya que, a su regreso, éstos denunciaron que habían sido esposados durante el vuelo y que las autoridades españolas les hicieron creer que viajaban a Málaga.


La Dirección General de la Policía alegó que los derechos individuales se respetaron en todo momento, aunque los agentes que escoltaban a los senegaleses admitieron que viajaron con las persianas de las ventanillas bajadas y que iban engañados, para evitar motines durante el vuelo.


Según explicó el Ministerio de Asuntos Exteriores, ambos gobiernos han acordado seguir cooperando y pondrán en marcha un sistema de vigilancia marítima y aérea de las costas senegalesas. Además, España ofrecerá asistencia técnica en proyectos agrícolas y firmará un acuerdo para canalizar los flujos migratorios legales, mediante cupos de inmigrantes que vengan con contrato de trabajo. El rifirrafe parece haber beneficiado al país africano que ahora ha aumentado sus exigencias y logrará más contrapartidas para reanudar el acuerdo.


León también garantizó que las repatriaciones se harán con el total respeto de los Derechos Humanos, como se viene realizando hasta ahora. De esta forma, España propondrá un nuevo calendario de expulsiones que deberá ser consensuado con las autoridades africanas.


Por la mañana. el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, insistía en reclamar «el respeto escrupuloso de las convenciones internacionales» sobre el retorno de inmigrantes a fin de que sean devueltos «con dignidad».


Felicitaciones


Desde Luxemburgo, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, atribuyó ayer el rechazo de Senegal a problemas «internos» de su Gobierno y no al modo en que han sido trasladados los irregulares. Camacho relató que, según los informes que le han llegado, la propia Policía senegalesa felicitó a la española por la forma en que se realizado el vuelo.


Durante su gira africana, León ha logrado que las autoridades de Liberia, Sierra Leona, Guinea Bissau, Gambia y Camerún hayan aceptado negociar acuerdos de readmision.


Por otra parte, el ministro del Interior alemán, Wolfgang Schaüble, no se anduvo por las ramas y acusó ayer al Ejecutivo español de practicar una política migratoria con demasiada laxitud y que da alas a la actividad de las redes mafiosas. El dirigente cristiano demócrata censuró que, tras su llegada a Canarias, los inmigrantes sean internados durante 40 días y que, como no son identificados, se les deje libres en la Península. «Hay que salvar a los inmigrantes en el mar, pero no se puede conceder una victoria a las mafias», destacó Schaüble a France Presse.


En su opinión, estas medidas hacen publicidad para el crimen organizado, que ve cómo se cumplen sus objetivos. Schaüble explicó que había hablado con su colega español de una manera muy poco diplomática, a lo que el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, replicó que no quería entrar en una polémica artificial.El predecesor de Schaüble en el cargo, el socialista Otto Schily, también criticó la decisión de Zapatero de poner en marcha una regularización de inmigrantes en febrero de 2005.

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