Schwarzenegger cede y envíara 1.000 soldados a la frontera con México
La Razón, 02-06-2006Washington – Pese a ser republicano, el gobernador del Estado de
California, Arnold Schwarzenegger, no mostró excesivo entusiasmo cuando el
presidente George W. Bush anunció hace dos semanas que desplegaría miles
de soldados de la Guardia Nacional en la frontera con México para evitar
la entrada de inmigrantes ilegales. «Governator» definió entonces
despectivamente el plan de la Casa Blanca como «la solución de la tirita»
y se preguntó quién pagaría la factura militar. Anoche, sin embargo,
Schwarzenegger, que tendrá que renovar su cargo en las elecciones de este
próximo noviembre, puso fin a las tiranteces con Washington y anunció que
participará en la movilización de soldados.
Según lo
acordado, California contribuirá con 1.000 efectivos a la protección de la
frontera sur de Estados Unidos, aunque Schwarzenegger advirtió que la
Guardia Nacional de su Estado abandonará esta misión a finales de 2008.
La iniciativa de Bush prevé el envío de un total 6.000 soldados de la
Guardia Nacional para apoyar las labores de vigilancia de la Patrulla
Fronteriza. El coste total de este despliegue militar alcanzará los
100.000 millones de dólares que serán financiados por el Pentágono, si
bien las unidades de la Guardia Nacional seguirán bajo las órdenes de los
gobiernos de cada estado.
Arizona, Nuevo México y Texas ya han
movilizado algunas unidades que se encargarán de los preparativos para
albergar este incremento de la presencia militar en la frontera. La Casa
Blanca ha dejado claro que esta medida de choque es temporal y que la
misión de los militares consistirá únicamente en ayudar a la Patrulla
Fronteriza con los sistemas de vigilancia, el análisis de la información
de inteligencia y la instalación de vallas y barreras. Bush aseguró que
los militares no realizarán arrestos ni desempeñarán otra función propia
de los agentes de la ley. Según una reciente encuesta de la revista
«Time», el 62 por ciento de los estadounidenses es partidario de estas
medidas.
Una valla de 4,5 metros. En el Estado de California, la
principal puerta de entrada de «sin papeles» hasta hace una década, la
construcción de una valla de 4,5 metros de alto que divide San Diego de
Tijuana ha reducido drásticamente el tránsito por el lugar de inmigrantes
irregulares. Una barrera similar separa El Paso, en Texas, de la ciudad de
Juárez. Tanto la ley que ha aprobado recientemente el Senado como la que
acordó la Cámara de Representantes el pasado diciembre establece la
creación de un muro de miles de kilómetros a lo largo de la frontera y la
instalación de cámaras de infrarrojos, sensores de movimiento y aparatos
aéreos no tripulados para impedir la entrada de sin papeles.
Ayer, el presidente Bush volvió a retomar el problema de la
inmigración, que podría añadir una nota amable a su legado político tras
abandonar la Casa Blanca. El mandatario presionó al Congreso para que
apruebe la reforma migratoria. «El pueblo estadounidense espera que
cumplamos con nuestra responsabilidad y entreguemos una reforma que
corrija los problemas del sistema actual», señaló Bush. A juicio del
mandatario, Estados Unidos aún no tiene el «control pleno» de la frontera
con México por lo que es imprescindible el fortalecimiento de la
vigilancia fronteriza.
(Puede haber caducado)