REPORTAJE
El corazón joven del Raval
El Periodico, 02-06-2006Othmane es un romántico de 16 años que sueña con casarse. Por amor. “Es dar tu vida a otra persona. A quién, no lo pueden decidir los padres. Ya sé que ellos lo saben todo, pero eso no, porque no son tu alma y tu corazón”, reivindica. Y por eso, en el recién editado El cor del Raval (Edicions 62) ha plasmado la historia de amor de un amigo que nació, como él, en Marruecos. El suyo es uno de los 88 relatos que han escrito otros tantos jóvenes y adolescentes del barrio más multicultural de Barcelona. También se sinceran sobre las drogas, el sexo, las calles, el instituto y la inmigración. Lo hacen sin tapujos, sin edulcorantes.
La narración de Othmane, estudiante de electrónica, traslada al lector a Marruecos para contar el dolor de un chico de 16 años al que su padre obligó a dejar de ver a su chica. Ella, ahora, está casada, tiene tres hijos, y es maltratada por su marido. Este autor debutante, que vive desde los cuatro años en el Raval, se niega a no poder escoger su destino como le ocurre a su amigo, aunque reconoce que sus padres le entienden solo a medias.
“Tienes que conocer a una persona para saber lo que le gusta y decidir así si podrás estar toda la vida con ella, porque casarse es un compromiso que has de asumir tú”, comentaba ayer tras la presentación de esta obra coral, nacida gracias a la colaboración de varias entidades sociales, entre ellas, el Casal dels Infants del Raval, y de profesionales que han ayudado a los chavales a escribir sus textos. Y continuaba: “La cultura árabe tiene la mala suerte de no permitir las relaciones como las entendemos aquí. El amor es un sentimiento que no ha de ser eliminado por ninguna creencia, porque es la única verdad que existe”.
Otro de los autores es Fouad, de 19 años, también marroquí. Lleva cuatro en el Raval, “un barrio precioso en el que los emigrantes intercambiamos las culturas, pero en el que faltan españoles para oírnos y entendernos”. Una de sus mayores preocupaciones es encontrar trabajo, pero en el libro no quiso transmitir pesimismo y habla, también, de amor. De cómo tras deshacer el nudo que le corría por el estómago se lanzó a declararse a una chica del instituto. Y de cómo ella sentía lo mismo y se dieron el primer beso. Ayer Fouad estaba radiante. Pero por el libro. Porque la historia que con tanta ilusión quiso compartir ya se ha acabado. “Voy de bien a mal y de mal a bien”, confesaba sobre la ruptura.
Ibtissam, de 15 años, nacida en Marruecos, no quiere hablar de chicos. A ella lo que le interesan son los estudios, aunque en la obra escribe sobre su ilusión por celebrar en su país de origen la fiesta del cordero, la más emblemática del Islam. “Me gustaría ir a Marruecos, aunque mis amigas de allí dicen que tengo más suerte que ellas por estar aquí. No es por una cuestión de tener más libertad, sino porque allí no llega el dinero para pagar una carrera y aquí puedo estudiar”, argumentaba esta futura auxiliar de enfermera.
Otras de las escritoras que ayer se erigieron como portavoces del colectivo es Humera, nacida en el Raval hace 14 años, de padres indios. Y explicaba orgullosa: “Es el mejor barrio. No hay otro que haya publicado un libro”. Para añadir, sin falsa modestia: “Aquí los estudiantes hacemos muchas cosas para mejorar. Siempre estamos implicados en actividades”. Humera se ha atrevido con una poesía en la que echa flores a su instituto, el Milà i Fontanals. “La gente cree que el Raval es malo, porque está sucio, y cuando piensan en él lo relacionan solo con la droga”, se quejaba.
Calles seguras, pero sucias
Precisamente sobre las calles del barrio opina Lorena, de 14 años, que describe el camino que hace por las tardes para ir al Casal dels Infants del Raval, desde la plaza dels Àngels, donde está su escuela, hasta la calle del Carme: “No me da miedo pasar por esta zona, solo un poco de asco”. Esa zona es el parque del Doctor Fleming. “No entiendo cómo le llaman parque porque está lleno de orines, suciedad y los drogadictos están tirados por allí a todas horas”.
Pero todos alaban el Raval. Como el catedrático Joan Subirats, que vivió en este barrio sus primeros 25 años. Ha prologado el libro. Ayer, después de una breve presentación, pasó la palabra a los verdaderos protagonistas. Antes dijo: “Este barrio representa el futuro de Barcelona”. Y los chicos sacaron aún más pecho.
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