Con 20 años en Estados Unidos, José posee una pequeña compañía de construcción en Baltimore, pero aún continúa siendo un inmigrante ilegal. “Yo no entré de mojado; le di la cara a los gringos”, explica este mexicano de 52 años. Llegó con un visado de negocios, que no pudo renovar. Pero se quedó. “Empezamos a hacer raíces en este país y ya es difícil (marchar), porque es parte de uno, aunque ellos no nos acepten”, asegura. No pudo acogerse a una de las amnistías porque “no tenía manera de mentir”. Un amigo boliviano le ayudó a obtener – no explica cómo – un número de Seguridad Social – un formalismo muy útil – y eso le abrió muchas puertas.
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- ¿Cómo es posible ser ilegal y empresario durante 20 años?
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- Los papeles son para entrar y salir y no pagar coyote.Hay gente indocumentada que tiene mejor trabajo que muchos ciudadanos americanos. A mí me gustaría tener los papeles para visitar a mi otra familia en México y porque pudiera agarrar un contrato del Gobierno. ¿A quién no le gustaría ganar un millón de dólares al año?
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José tiene claro que “este problema de la inmigración lo originaron los españoles en 1492 cuando llegaron a descubrir el continente”. “Tenía oro, plata, gente, esclavos… ¡qué no había aquí, y hay! – agrega – . Eso, en combinación con nuestros gobernantes, con la explotación en Latinoamérica, ha provocado el problema. Aquí no ha sucedido. Los ingleses venían con otra mentalidad”.
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El constructor opina que el mayor control en la frontera será inútil. “No será obstáculo – afirma – . Llegará un momento en que la Guardia Nacional se va a dormir un ratito y todos como ratón pa´dentro”.Según José, lo que de verdad desea EE. UU. es parar la invasión silenciosa: “Con nosotros organizados, cualquier año va a salir de presidente un latino. Y les va a doler”. – E. VAL
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