WASHINGTON. Centenares de soldados de la Guardia Nacional de Estados Unidos comenzaron a ser desplegados ayer en la frontera con México como parte del contingente de 6.000 militares que custodiará la franja limítrofe para frenar el flujo de inmigrantes sin papeles. La movilización comenzó en los estados de Arizona, Nuevo México y Texas, cuyos gobiernos ya habían preparado los albergues para alojar a los uniformados, procedentes de éstos y otros territorios del país.

El despliegue en la frontera es parte de una iniciativa del presidente estadounidense, George W. Bush, para hacer frente a la problemática migratoria del país, donde viven ilegalmente entre 10 y 12 millones de extranjeros. De manera escalonada, la suma de militares en la frontera llegará en las próximas semanas a 6.000 soldados, de acuerdo con la propuesta de Bush, que también incluye el envío de efectivos de la Guardia Nacional a California. En la frontera permanecerán durante dos años en unidades que se irán turnando cada dos o tres semanas.

Esto significa que unos 156.000 uniformados formarán parte de la movilización, cifra que algunos analistas miran con reservas debido a que una buena parte de las tropas que mantiene el Pentágono en Irak y Afganistán pertenecen a la Guardia Nacional. EP