MADRID. La operación de repatriación de inmigrantes ilegales a Senegal se ha «suspendido» después de que el Gobierno del país africano comunicara a la Embajada española en Dakar su protesta por las condiciones en las que fue trasladado el primer grupo de inmigrantes. Las autoridades senegalesas adujeron que los expulsados que llegaron el miércoles procedentes de Canarias fueron engañados y esposados por la Policía española. La Dirección General de la Policía, sin embargo, niega la acusación y asegura que el traslado se produjo «con un respeto escrupuloso de los derechos individuales».

A su llegada al aeropuerto de Dakar, los primeros 99 repatriados se negaron a subir en los autobuses que les debían llevar a la terminal para los trámites administrativos y sanitarios. Tras largas negociaciones y la intervención del ministro de Juventud, Aliou Sow, el grupo aceptó desplazarse a la terminal. Una vez allí se negaron a declarar ante los funcionarios del comité y exigieron la presencia de un miembro del Gobierno como interlocutor. Posteriormete, el ministro de Interior, Ousmane Ngom, se reunió con los repatriados en nombre del presidente Wade. Los indocumentados acusaron al Gobierno de su país de «traición» y de haberles llevado de regreso a Senegal engañados. Además, pidieron que les paguen los 1.220 euros que habían pagado por el viaje en cayuco hacia España.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se puso en contacto con su homólogo senegalés, Cheikh Tidiane Gadio, para conocer de primera mano las alegaciones. En esa conversación, el ministro senegalés expresó a Moratinos que su Gobierno «sigue firme en su compromiso» de colaborar con el Ejecutivo español en materia de inmigración. El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, viajará hoy a Dakar.