75 personas de raza gitana del casco antiguo de Logroño de hasta 35 años de edad se verán beneficiadas este año del programa ‘Proyecto aulas’ con el que la Asociación Pro – Infancia Rioja, APIR, lucha para conseguir la integración escolar de una población con alta tasa de fracaso y de absentismo escolar.

Su vicepresidente, Miguel Ángel Muro, firmó ayer un convenio de colaboración con Juan Alfonso Sáez Benito, representante de la Obra Social de Caja Madrid, que les reportará 25.500 euros y les permitirá seguir con sus iniciativas de apoyo escolar, aula de informática, talleres para padres y madres y el aula de alfabetización.

En los cuatro años en los que llevan ayudando a la población gitana del casco antiguo logroñés habrán pasado 350 personas por unas actividades encaminadas a frenar los altos índices de absentismo «que dan lugar a problemas de inserción social en el presente y futuro», señaló Muro, que entiende que «la tarea de escolarizar es la primera piedra para socializar e integrar en la sociedad a este colectivo».

APIR asegura que sin la colaboración de entidades financieras como Caja Madrid sería imposible llevar a cabo una labor que ellos realizan para cubrir la laguna de la que no se hace cargo ni el Gobierno regional ni el Ayuntamiento de Logroño.

De los 75 beneficiarios este año de su actuación, 25 recibirán apoyo escolar, similar cifra participarán en el aula de informática, 16 acudirán a los talleres de padres y 9 estarán en el aula de alfabetización.

Los 25.500 euros aportados por la Obra Social de Caja Madrid les permitirán, además, contratar a tres profesionales que son los que se harán cargo de la coordinación de las actividades previstas.

Aunque no tienen datos sobre el número de personas de raza gitana que residen actualmente en el casco antiguo de la capital riojana, la Asociación Pro – Infancia Riojana viene trabajando con unos 300 niños y adultos. Sus responsables reconocen que en los últimos años el paisaje urbano de esta zona de Logroño está cambiando con la llegada de inmigrantes y aseguran que «si bien el casco antiguo ya no es un gueto ni una zona marginal, lo cierto es que su población demanda atención».

Un frente importante de acción de APIR lo constituyen los padres y madres de los niños gitanos. Aunque inciden en que es su tarea más difícil, sobre todo con los hombres, ponen todo su empeño en llegar a ellos «para facilitar su integración en la sociedad riojana» mediante talleres generales básicos de culturización y socialización.

Miguel Ángel Muro dejó claro que con estas actividades no pretenden «que los gitanos abandonen sus características culturales sino que pueda haber una mejor convivencia con el resto de la sociedad y tengan igualdad de oportunidades».

Problema de conciencia

El vicepresidente de APIR criticó que una parte de la sociedad y de la clase política no quiera ver los problemas de marginalidad que existen en la tierra del bienestar social. Ante esta situación, cree que ONGs como la suya tienen ante sí una tarea «enorme» para«mostrar las carencias de la sociedad». A su juicio, existe un problema de conciencia «porque hay quien no quiere ver las cosas» que lleva a los oprimidos a rebelarse, como en el caso de Francia .