La repatriación de inmigrantes a Senegal tuvo que ser suspendida ayer, nada más comenzar, después de que el país africano protestara verbalmente por las condiciones en que un centenar de compatriotas volaron a Dakar procedentes de Canarias. Los subsaharianos aseguraron haber sido esposados y reclamaron el dinero que les costó viajar en los cayucos, unos 1.200 euros por persona. Sin embargo, la Policía recalcó que recibieron un trato correcto.

«Evidentemente, no hubo malos tratos», declaró el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, que ayer se encontraba en Camerún, en el marco de una gira diplomática por los países de donde proceden los inmigrantes ilegales. Según el ‘número dos’ de Exteriores, los policías que vigilaron el avión recibieron incluso una felicitación de los funcionarios de Dakar.

Sin embargo, la versión senegalesa es diferente. Según el titular de Agricultura del país africano, Farba Senghor, los repatriados le contaron que viajaron esposados y les introdujeron en el avión diciéndoles que se dirigían a Málaga. Algunos de ellos acusaron a su Gobierno de «traición» en la prensa local y exigieron que alguien les devuelva los 1.200 euros que han gastado en viajar a Canarias. Las autoridades locales les entregaron el equivalente a 15 euros para que vuelvan a casa.

«Extrañados»

Fuentes del Ministerio español de Exteriores se confesaron «extrañadas» por las denuncias procedentes de Dakar y recordaron que las repatriaciones son supervisadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). El comisario de Justicia y Seguridad de la UE, Franco Frattini, admitió que el proceso pueda aplazarse por motivos excepcionales, pero dejó claro que Senegal, al igual que Mauritania y Cabo Verde, nunca podrán detenerlo.

A pesar del contratiempo, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero expresó su confianza en que las expulsiones continúen y alcancen a los 700 senegaleses que se calcula que han llegado al archipiélago canario, así como a decenas de ‘sin papeles’ originarios de Guinea – Bissau. Para asegurarse de ello, Bernardino León volverá a Dakar hoy o mañana e intentará buscar un mecanismo para evitar más incidentes.

En realidad, el ministro de Exteriores de Senegal, Cheikh Tidiane Gadio, ya mantuvo ayer una larga conversación con su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos. Éste le prometió investigar lo ocurrido con los primeros repatriados, mientras que Tidiana Gadio renovó su «firme compromiso» de cumplir lo pactado.

En este sentido, Bernardino León recordó que el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, le aseguró el miércoles que aceptaba la devolución de compatriotas. Camerún y Gambia seguirán pronto el mismo camino. En opinión del diplomático, el problema de Senegal es que «necesita tiempo» para gestionar los vuelos desde Canarias.

León reconoció que no se ha concretado cómo debe realizarse cada expedición. La fórmula podría consistir en que funcionarios senegaleses o representantes de la Organización Internacional de las Migraciones acompañen a los policías españoles en los aviones.