Entre aplausos, sonrisas y abrazos, y al grito de “boza boza” (grito común de júbilo entre los inmigrantes que logran atravesar la frontera de Europa), los 78 inmigrantes rescatados el jueves por el Aita Mari recibieron a mediodía de ayer la noticia de que el barco tiene ya permiso para atracar en Sicilia. “Ha sido un momento genial”, resumió el vicepresidente de Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), Iñigo Gutiérrez, que inmortalizó en un vídeo el instante. Si todo marcha según lo previsto, el barco guipuzcoano de rescate arribará a Pozzallo, al sur de la isla italiana, a última hora de la tarde de hoy, donde los rescatados podrán por fin desembarcar tras una semana de navegación.

La noticia llegó en las primeras horas de calma tras varios días de tempestad que sacudieron el Aita Mari en forma de olas, frío y lluvia. “Para que te hagas una idea, a mí me pilló dormido, porque llevaba 30 horas sin dormir”, contó ayer a este periódico Gutiérrez. Era la madrugada de ayer, aunque la tripulación intuía desde algunas horas antes que algo estaba pasando. “Ya por la tarde, desde Italia habían empezado a requerirnos bastante información y a las nueve de la noche recibimos un mensaje de Madrid, así que intuíamos que algo se estaba moviendo”, relató. Como no podía ser de otra manera, la tripulación acogió la confirmación de la noticia “con satisfacción y alivio”, ya que, según reconoció Gutiérrez, los miembros del Aita Mari arrastran ya ocho jornadas de tensión en alta mar y comienza a asomar el cansancio.

Sin embargo, prefirieron aguardar unas horas antes de revelar la novedad al resto de pasajeros, ya que no querían “añadir más confusión” entre los inmigrantes. “Tenemos bastantes dificultades idiomáticas. Algunos hablan inglés, otros francés y otros absolutamente nada. Bastante desconcertados están ya, porque las condiciones para llegar hasta aquí han sido muy malas, como para añadirles más confusión”, explicó Gutiérrez.

De hecho, esta situación ha generado momentos bastante “divertidos” entre los inmigrantes y la tripulación. “Ahora estamos en una zona como protegida y hacemos navegaciones cortas y algunos se preguntan a ver qué estamos haciendo porque parece que estamos como dando vueltas”, bromeó Gutiérrez.

Ahora, solo esperan llegar a tierra lo antes posible. “Tenemos un puerto seguro a seis millas de distancia y lo suyo hubiese sido que nos hubieran asignado ese, pero nos han dado Pozzallo, al otro lado de la isla. Lo ideal hubiese sido poder desembarcarlos ya, pero lo importante era tener puerto, así que estamos contentos”, aseguró el presidente de SMH.

Y más tras el infierno que han vivido a bordo del Aita Maridurante los últimos días, cuando han sido sorprendidos por un temporal que ha dificultado sobremanera la vida a bordo. “Han sido unos días muy duros. Esta gente ha pasado lo que ha pasado hasta que fueron rescatados. Y ha sido una pasada cómo han aguantado. Yo me hubiese muerto, al menos de frío, un par de veces”, reconocía Gutiérrez.

Sin embargo, todavía tendrán que esperar unas horas antes de poner rumbo a Pozzallo. “Nos encontramos al este de Sicilia, en una zona protegida del temporal y, según las previsiones tenemos que esperar hasta las seis de la mañana para doblar el cabo con garantías”. A partir de ese momento, tendrán entre diez y quince horas de navegación hasta llegar a tierra.

RUMBO A GRECIA ANTES DE VOLVERLa tripulación del Aita Mari debería haber aterrizado en Euskadi este domingo, pero este rescate ha retrasado sus planes. “Una vez que atraquemos tenemos que dejar el barco en varadero para que le hagan las reparaciones oportunas y para eso tenemos que volver a Grecia, lo que supone tres días de navegación más. En cualquier caso, si todo va bien, esperamos que para el fin de semana que viene estemos de vuelta”, explicó Gutiérrez.

Una vez en casa, Salvamento Marítimo Humanitario abrirá un periodo de reflexión interno antes de volver a zarpar, en torno a primavera, cuando las condiciones climáticas mejoran notablemente y hacen que salir al mar sea mucho más seguro. “Tenemos que marcarnos un calendario, pero desde luego, hasta después de Navidad no volveremos. Tenemos que abrir un periodo de reflexión sobre las cosas que tenemos que cambiar y que mejorar, porque aunque esta experiencia nos ha servido para saber que tenemos un pedazo de barco, también hay cosas que tenemos que mejorar y que cambiar”, concluyó Gutiérrez.

Rescate aéreo. La Guardia Costera de Italia buscó ayer desde el aire a supervivientes o nuevas víctimas mortales del naufragio del sábado ante la isla de Lampedusa. Las autoridades italianas informaron de que decidieron proseguir con la búsqueda con medios aéreos dado el empeoramiento del estado del mar. El naufragio tuvo lugar el sábado y el domingo se recuperaron cinco cadáveres. Con vida fueron salvados 149 migrantes 133 hombres, 13 mujeres y tres niños, que se encontraban en el agua.