El presidente José Luis Rodríguez Zapatero se felicitó ayer por el anuncio del presidente de Senegal de que ha aceptado la devolución de 700 compatriotas que llegaron a Canarias en cayucos. Zapatero, que intervino en el debate sobre el Estado de la Nación, negó que el Ejecutivo esté respondiendo a la crisis del archipiélago con dejadez e improvisación, aunque Coalición Canaria (CC) le pidió que se haga cargo del sobregasto sanitario y que, cuando se celebre en junio la cumbre de la UE, obligue a los socios comunitarios a implicarse más.

El jefe del Ejecutivo explicó que las repatriaciones tienen como objetivo disuadir a los subsaharianos que planean entrar en las islas de forma ilegal. Según sus cálculos, las expulsiones podrían alcanzar incluso a 800 senegaleses. No obstante, también se irán con ellos decenas de inmigrantes de otras nacionalidades, pues el secretario de Estado de Cooperación, Bernardino León, no sólo ha negociado con Senegal, sino también con otros países de la región, como Guinea – Bissau.

En este sentido, la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, se comprometió a que todos los extranjeros que lleguen a España de modo irregular sean expulsados «antes o después». Rumí confirmó que el 80% de los ‘sin papeles’ acogidos en Canarias sólo en mayo – sumaron 5.000 en total – procede de Senegal. También indicó que el primer grupo de senegaleses fue expulsado ayer mismo y que seguirán sus pasos, al menos, 26 ciudadanos de Guinea – Bissau.

Mientras tanto, Zapatero no descartó volver a reformar la Ley de Extranjería, tal y como reclamó CC; no obstante, advirtió de que los cambios dependerán, por un lado, de lo que establecen las directivas de la UE y, por otro, del pronunciamiento del Constitucional sobre la normativa vigente, que fue aprobada meses antes de que el PSOE llegara al poder.

El presidente prometió ocuparse de los menores que llegan a Canarias en solitario, aunque no especificó cuál será la solución. En cambio, sí recordó a las autonomías que deben realizar un esfuerzo e incrementar sus ayudas al desarrollo al margen de las inversiones de la Administración central. Una vez más, Zapatero y CC polemizaron respecto a los centros de acogida. El primero negó que estén saturados, pero CC insistió en que albergan a 1.500 inmigrantes más que las plazas disponibles.