EL DRAMA DE LA INMIGRACION / La integración

«Prefiero ser 'sudaca' que mora, no me caen bien los marroquíes»

El Mundo, 01-06-2006

Lamenta que la discriminen por ser latina, pero rechaza mezclarse con marroquíes. Nacida en Ecuador, quien se queja es una de las 20 personas entrevistadas por la UNED para realizar el informe Racismo, adolescencia e inmigración. Con frases entrecortadas, aire tímido y algo de miedo, estos inmigrantes explican sus experiencias escolares. Todos han sido víctimas de actitudes racistas por parte de sus compañeros e incluso profesores, y lamentan que no se hable de racismo en la escuela.


Pero la chica ecuatoriana comparte clase con una magrebí a la que insulta sin piedad: «Le digo ‘mora de mierda’ y cosas así», asegura entre risas. «Con las latinas no me meto porque soy latina», comenta a su interlocutor. «No quiero tener ninguna amiga marroquí, no me caen bien los marroquíes, a mi me llaman sudaca, prefiero ser sudaca antes que mora», añade.


Originarios de China, Rumanía, Marruecos, Ecuador, Bolivia, México, Cuba y España, los jóvenes de entre 12 y 18 años narran sus experiencias sin cortapisas. «En el instituto me dicen ‘chino, chinito’, y no me llaman por mi nombre», cuenta otro escolar. Cuando llegó de su China natal, en el instituto le escribían notas en los libros: «Me ponían ‘sé donde vives’, ‘te vas a cagar’». ¿Qué hace ante las amenazas? «Pues vigilar a todas horas la espalda».


Muchos se encaran a quienes les agreden, otros, como este oriental, prefieren ignorar la situación. «Hay mucha gente que te dice chinito. El camino es callarse; si te ven callado, te ignoran, si les contestas siguen el juego mandando más notas e insultándote».En cambio, otro chico se enzarzó en una pelea con sus agresores y terminó el problema: «Le di un puñetazo y ahí quedó. Ya coges más autoridad, te saludan, me van respetando poco a poco».


Los sentimientos, no obstante, son siempre muy parecidos. A nadie le gusta que le insulten y todos pasan por una pequeña procesión.«Me siento muy mal porque no conocía a nadie y llegas y te dicen negro; no sé, como que no mola», comenta un joven. «Insultan a los que no son de aquí y eso no me gusta, lo odio», señala otro.


Los chavales usan un lenguaje casi infantil y ven el racismo como «odio, inferioridad, superioridad, prejuicio, clasificación».Y es que alguno narra cómo un profesor le llegó a decir que «los latinos sólo vienen aquí a robar». Es quizás por estos motivos por los que los chicos prefieren acudir a centros en los que haya más extranjeros. Así, la escuela pública es preferida ante la concertada, en la que encuentran más actitudes racistas.


El informe propone, entonces, que el racismo sea tratado en las aulas, así como la multiculturalidad. Porque, como expresa un joven: «No podemos no cometer errores, pero sí podemos saber qué errores cometemos». Solicitado por UGT para la Red de Menores Extranjeros Escolarizados del Imserso, el estudio ha sido financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)