Una mujer colombiana da a luz en Madrid a una niña de 7 kilos de peso y más de 56 centímetros

Los médicos achacan las medidas de la pequeña a una posible herencia familiar sumada a la diabetes que sufrió la madre, de 38 años, durante la gestación

ABC, 21-02-2006

MADRID. Cuando vino al mundo hace una semana, ni siquiera el ginecólogo que siguió su gestación imaginaba una sorpresa semejante. «La niña vendrá grande», solía decir. ¿Pero tanto? Ahora, en la unidad de neonatos del madrileño Hospital de La Paz está el milagro: se llama Arancha, está en perfecto estado, mide 56,5 centímetros y pesó 7 kilos al nacer, unas medidas que la convierten posiblemente en la recién nacida más grande de España. Ha roto todos los moldes y para los médicos de La Paz, que llevan cuarenta años trayendo niños al mundo en su maternidad, ya es su «pequeño» récord.

Sus padres, Rocío y Juan Carlos, que incluso prefirieron desconocer el sexo del bebé, tampoco salen de su asombro. «En las ecografías se veía de bastante tamaño, pero nunca pensamos que fuera tan grandecita». Lo dice Rocío, que apura su última merienda en el hospital después de recibir el alta médica para volver a su casa, en el municipio madrileño de Colmenar Viejo. Su hija, dice, tendrá que quedarse un día más en el centro. Para esta mujer colombiana, de 38 años, el embarazo de Arancha no ha sido nada fácil, como tampoco lo fue el de su otra hija, Melisa, que hace 9 años ya pesó lo suyo al nacer, aunque no superó los 5 kilos.

«Siempre me han venido las niñas hermosas, pero esta vez lo he pasado mal, con náuseas, diarreas y muchísimos dolores de espalda».

«Casi no podía andar»

A los siete meses de embarazo, cuenta, «ya casi no podía ni andar. Con la otra niña me puse en más de 85 kilos, pero ahora, con Arancha, he llegado a pesar 99». Los 22 kilos «extra» que Rocío arrastró durante buena parte del embarazo y su diabetes gestacional le trajeron muchos problemas. «El médico me puso una dieta. Tenía que comer verduras y fruta, siempre y cuando no fuera dulce, y nada de harina ni de sal». El parto, una cesárea programada, tampoco fue un camino de rosas. «Me asusté dice la madre al oír a las enfermeras decir «¡madre mía!». Yo estaba consciente, con anestesia epidural, y sentí miedo, porque no sabía si es que el bebé venía con problemas o si es que al final era más de uno, como me decían algunas personas al verme la barriga».

Semejante tamaño, dicen los médicos que han atendido a madre e hija, no es fruto, sin embargo, de una sola circunstancia. La diabetes de su madre, insisten, ha tenido que unirse a un factor genético, una herencia familiar que ha convertido a Arancha en un bebé único.

«Lo cierto es que mi padre era bastante grande cuenta Rocío y por parte de mi marido también hay familiares altos y fuertes». Sea o no sea esa una de las razones de que su pequeña sea un bebé «gigante», lo importante es que la pequeña ha nacido completamente sana, toma leche materna y biberón y viste prendas propias de un bebé de más de tres meses.

Según el jefe de la sección de neonatología de La Paz, Jesús Pérez Rodríguez, la niña ha sido controlada desde sus primeras horas de vida por las posibles complicaciones que pudiera sufrir. «Los bebés de estas dimensiones dijo pueden tener rápidas bajadas de niveles de azúcar en sangre, malformaciones o alteraciones del corazón». Ninguno de estos síntomas, por suerte, lo tiene Arancha.

Hoy recibirá el alta

El presidente de la Asociación Española de Pediatría, Alfonso Delgado, también se ha manifestado sobre este caso y está convencido de que el factor genético está detrás de las dimensiones de la pequeña. De hecho, según Delgado, es normal que los bebés de madres con diabetes durante la gestación sean de mayor tamaño «pero generalmente no tanto», informa Ep. Un buen control de la enfermedad, dice, con inyecciones de insulina hasta el nivel que acepte la madre sin provocarle hipoglucemia, consigue bebés «con un peso normal».

Mientras tanto, y ajena al revuelo que su nacimiento ha provocado, la pequeña Arancha permanecía ayer ingresada en la unidad de neonatología del hospital madrileño, donde hoy recibirá el alta.