CRUZ MORCILLO

MADRID. No hay cifras oficiales, pero, según la información recabada hasta el momento por el INE, el año pasado llegaron a nuestro país entre 500.000 y 600.000 inmigrantes nuevos; es decir, una cifra muy similar a la de años anteriores, que contradice el discurso del Gobierno de que la regularización no provocó «efecto llamada». La cifra de nuevos empadronados la avanzó ayer la presidenta del INE, Carmen Alcayde, durante la mesa redonda «Los derechos y la integración de los inmigrantes», organizada por el Colegio Notarial de Madrid.

A esos datos, que aparecerán en el próximo avance del padrón, habrá que descontar, para saber el aumento neto de población extranjera, las bajas que se han producido tras el proceso de renovación del empadronamiento de los inmigrantes no comunitarios o con permiso de residencia permanente que llevan más de dos años en España.

«Por ese motivo explicó Alcaide, es de esperar que la cifra neta del padrón sea más moderada que la de años anteriores».

Desde 1998 hasta ahora, ese incremento de extranjeros ha sido del 486 por ciento, según la presidenta del INE, que lo calificó como «intenso, rápido e inesperado». La presidenta del INE admitió que no se sabe cuántos inmigrantes viven entre nosotros y no están empadronados. «Pensamos que no son muchos por las ventajas que tiene a la hora de regularizarse o de obtener la tarjeta sanitaria, pero lo desconocemos», afirmó.

Finalmente, adelantó que el INE ha puesto en marcha varias investigaciones «para determinar con mayor exactitud las cifras de extranjeros que residen en España». Entre ellas, un estudio complementario sobre flujos de entrada y salida detectados en el padrón, otro de campo de la cobertura padronal y, por último, una comparación entre diversas fuentes de información sobre inmigrantes.

Por su parte, Fernando Villespín, director del CIS, se refirió al barómetro de noviembre, en el que la inmigración superó al terrorismo como segundo problema para los españoles, y consideró que esa percepción se ha visto acentuada tanto por las revueltas de Francia como por los sucesos de Ceuta y Melilla.

Sobre las actitudes de los españoles en relación con los inmigrantes, aseguró que ahora hay más xenofobia que en 1986 pero, pese a ello, queremos que quienes viven entre nosotros tengan los mismos derechos, entre ellos el del voto y la afiliación.