La enfermedad crece en las naciones ricas

Diario Sur, 31-05-2006

Con todos los adelantos y recursos que se dedican a ello, lo natural sería pensar que el número de infectados de sida desciende en los países desarrollados, pero no es así. En parte, porque sus gobiernos han empezado a pensar que el sida es un problema que no va con ellos, sino con los países más pobres del mundo. Prueba de ello es que sólo 15 países de altos ingresos han informado a ONUSIDA de los progresos realizados para el informe presentado ayer, y encima, la mayoría lo han hecho de forma incompleta o a destiempo. Esto se debe a que, pese a tener sistemas de vigilancia del VIH y sida «relativamente eficientes», dice el informe, «no tienen un sistema coordinado de vigilancia».

Su falta de cooperación no es el mayor problema. La ola de inmigrantes procedentes de las dos regiones del mundo donde más infecciones se detectan, África subsahariana y Caribe, hace que aumente el número de casos en Europa, y con ello los contagios. Además, el poder adquisitivo permite que cada vez un mayor número de afectados sobrevivan a la enfermedad. Si bien éste es un dato positivo, engorda las cifras globales de portadores del sida que se dan en Europa.

Para colmo, la ausencia de campañas de concienciación y la caída de la mortalidad en pacientes ha hecho que la población baje la guardia. Como consecuencia, el informe llama la atención sobre el hecho de que en algunos países de altos ingresos «hay pruebas de que en los últimos años ha aumentado el comportamiento sexual de riesgo».

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