Investigan una supuesta red que traía marroquíes a Ribadeo de forma ilegal
La Voz de Galicia, 31-05-2006?a comarca de A Mariña acoge a un importante contingente de inmigrantes magrebíes, la mayor parte de los cuales se ganan la vida trabajando en las canteras de la zona y en la venta ambulante. Nadie conocía la existencia de tramas o redes que se dedicaran a la introducción fraudulenta de estas personas, de ahí que causase gran sorpresa la detención del dueño de una cantera situada en A Devesa (Ribadeo) y de un trabajador de ésta, de nacionalidad marroquí y domiciliado en Lourenzá, por su presunta pertenencia a una red que se dedicaba a captar y traer a esos inmigrantes a España, a quienes se ofrecía trabajo y papeles a cambio de dinero.
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Según las declaraciones de las víctimas, el empleado de la cantera, un marroquí que lleva años residiendo en Lourenzá, era el encargado de captar a los inmigrantes africanos, a cada uno de los cuales les cobraban unos diez mil euros, repartidos en dos pagos, a cambio de conseguirles contrato por un año, con su correspondiente seguridad social, permiso de residencia, visados y todo el papeleo necesario para entrar legalmente en España a trabajar. La cantera era, al parecer, utilizada como tapadera; según esta versión, los marroquíes se contrataban para extraer piedra en el lugar, pero tras un breve período en el puesto, a veces unos días, los despedían para poder traer otro contingente y cobrar esos diez mil euros a cada nuevo recién llegado. Hablan también de que se les adeudaba dinero y que quedaban totalmente en precario al verse en la calle.
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Las investigaciones que lleva a cabo el grupo operativo de la Comisaría de Lugo con la colaboración de la policía judicial de la Guardia Civil de esa ciudad comenzaron a raíz de la denuncia presentada por seis inmigrantes, dos de ellos hermanos de uno de los denunciados.
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El representante legal del dueño de la cantera explicaba ayer que éste niega las imputaciones. El hombre rechaza de plano que haya cobrado cantidad alguna por emplear a estas personas. Este hecho quedaría demostrado, dijo el representante legal, por las contradicciones «grandes» en que incurrieron los denunciantes. Al ser preguntados por cómo se las apañaron para reunir los diez mil euros que supuestamente les exigían, una cantidad elevadísima en Marruecos, unos dijeron que eran diez mil, otros, ocho mil, y uno que los reunió vendiendo vacas y cabras, versiones inverosímiles para el letrado.
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¿Discrepancias salariales?
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El dueño de la empresa asegura también que fueron los trabajadores quienes dejaron de acudir al trabajo, una decisión que adoptaron el día que plantearon al empresario que querían cobrar 1.200 euros al mes, más casa y comida. Éste les dijo, utilizando una frase malsonante, que no aceptaba esas condiciones porque los salarios que pagaba eran los que figuran en el convenio. Intentó varias veces, según explicó su abogado, que acudieran al trabajo advirtiendo que si no lo hacían los daría de baja. Y así lo hizo, según el letrado, quince días después de que los inmigrantes abandonaran el trabajo y con posterioridad a la fecha en la que interpusieron las denuncias. Según el letrado, ninguna de las acusaciones está acreditada.
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