EL ESTADO DE LA NACIÓN // EL LÍDER DE LA OPOSICIÓN
Rajoy dice que la inmigración y el crimen "desbordan" al Gobierno
El Periodico, 31-05-2006Una España colapsada por la inmigración, atemorizada por la inseguridad y con un futuro incierto como nación. Y el Gobierno, “desbordado”. Mariano Rajoy subió ayer a la tribuna para decir que la nación atraviesa un pésimo estado por la “falta de proyecto” de José Luis Rodríguez Zapatero. El líder del PP acusó al jefe del Ejecutivo de “desanimar” a los españoles y de contagiarles su “incertidumbre”. Tras diagnosticar la enfermedad, propuso una sola receta: devolver la Moncloa al PP.
Tal y como había pactado con Zapatero, no atacó por el frente del alto el fuego de ETA. Aunque fue el primer tema que abordó, se limitó a reiterar su respaldo crítico a la verificación de las intenciones de la banda, y a insistir en que no tolerará que los terroristas obtengan beneficios políticos. Solventado el trámite, acusó al Gobierno de Zapatero de ser “el menos preparado desde 1977 y el más ufano de su ineficiencia”.
EFECTO LLAMADA
En su opinión, la gestión ineficaz del Ejecutivo se plasma en su política de inmigración. Los españoles están pagando ahora “un efecto llamada ecuménico” que ha provocado una entrada de inmigrantes “anárquica, incontrolada e insostenible”, sostuvo. Entonces llegó el momento de hablar de seguridad, o más bien, de su ausencia.
Rajoy aseguró que delitos como los secuestros exprés y los asaltos a viviendas y la violencia de las bandas callejeras han aumentado por una delincuencia “importada, organizada y salvaje” que ha entrado en España por el aeropuerto de Barajas y por el Pirineo de Girona. El líder del PP reclamó medidas para atajar el problema, pero desconfió de que el presidente y el ministro del Interior puedan tomarlas porque “tienen la cabeza en otras cosas”,
Si Rajoy acusó al Gobierno de verse desbordado por la inmigración y la delincuencia, también le culpó de llevar dos años “desbordando el dique de la Constitución” sin tener un proyecto territorial claro. La promoción del Estatut de Catalunya ha constituido, en su opinión, el primer intento de cambiar el modelo de Estado y “desguazar disimuladamente” la Carta Magna. El presidente del PP afirmó que España es “una nación de ciudadanos y de voluntades individuales” y no de naciones, realidades nacionales o territorios. “Y punto”, concluyó.
El único resultado del Ejecutivo en materia de política exterior es, para el líder conservador, que España “ha desaparecido del mapa”. Reprochó al presidente haber debilitado las alianzas con la UE y EEUU a causa de “frivolidades revolucionarias e indigenistas” en Hispanoamérica o las “arbitrariedades” contra la opa de E.On. En su opinión, Zapatero ha hecho apuestas fallidas al apostar por Gerhard Schröder – – “ya no manda” – – , Jacques Chirac – – "ha costado miles de millones en la negociación de los fondos europeos – – y Evo Morales, que “ha nacionalizado nuestras empresas”.
Como principal “logro” del Gobierno socialista, Rajoy citó el de sembrar desconcierto entre los ciudadanos por la “ruptura de los consensos”. Dijo que frases como “¡en qué manos estamos!” se oyen en la calle porque los ciudadanos perciben a un gobernante “sin rumbo” y con “ocurrencias sueltas”. Su segunda “conquista”, la división. Le acusó de “refugiarse en el pasado”, no aceptar la reconciliación de 1978 y haber trocado una “España unida” por una “más dividida que nunca”.
ESPAÑA, PERPLEJA
Ante el descorazonador panorama de una España “laboriosa y emprendedora” pero “perpleja y desconcertada” por el “desgobierno” que afecta a sus gobernantes, Rajoy reclamó la necesidad de que el país vuelva a ocupar el puesto que le corresponde, “entre los más grandes”. De eso, dijo, se encargará el PP.
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