Los 39 fallecidos dentro del camión frigorífico eran ciudadanos chinos

De los 39 cadáveres, 8 correspondían a mujeres y los otros 31 a hombres Tras ser examinados están siendo trasladados, uno a uno, en un proceso “largo y complejo”

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 25-10-2019

Los 39 cadáveres encontrados dentro del remolque frigorífico de un camión en Essex son ciudadanos chinos, según confirmó la policía, al tiempo que mantienen detenido a su conductor, originario de Irlanda del Norte, bajo sospecha de asesinato. Las víctimas, descubiertas el miércoles en un remolque en la localidad de Grays, a unos 40 kilómetros de Londres, son ocho mujeres y 31 hombres, según nuevos datos confirmados por la policía de Essex, que en principio pensaba que eran todos adultos y que había un adolescente en el grupo. Al conocerse las primeras afirmaciones sobre la nacionalidad de los fallecidos, la Embajada de China en la capital británica emitió un comunicado en el que aseguraba que veían “con gran pesar los informes sobre la muerte de 39 personas en Essex, Inglaterra. Estamos en estrecho contacto con la policía británica para buscar aclaraciones y confirmación de los informes relevantes”.

El camión había llegado al Reino Unido desde el puerto de Zeebrugge el miércoles por la mañana y las autoridades belgas dieron a conocer detalles sobre el viaje del automóvil mientras la policía británica sigue adelante con la investigación para intentar aclarar lo sucedido.

Además, las autoridades policiales llevaron a los padres del sospechoso, Mo Robinson, de 25 años, desde Irlanda del Norte hasta la comisaria donde permanece retenido su hijo, un transportista autónomo del condado de Armagh, quien fue detenido nada más ser descubiertos los cuerpos de 31 hombres y ocho mujeres en el vehículo en un polígono industrial.

Los magistrados otorgaron ayer una orden para mantener a Robinson bajo custodia por 24 horas adicionales. Mientras, tres propiedades en Irlanda del Norte fueron registradas durante la noche: la casa del único detenido, una propiedad cercana que solía compartir con sus padres y una tercera en Armagh. Sin embargo, no han trascendido más detalles y solo se conoce que se llevaron los ordenadores como parte de la investigación. Por su parte, los cadáveres empezaron a ser llevados en ambulancia bajo escolta policial desde el polígono de Tilbury Docks hasta el hospital Broomfield en Chelmsford, donde se realizarán las autopsias. El proceso comenzó ayer por la tarde y se espera que todos los cuerpos sean retirados del camión entre hoy, mañana y el fin de semana. Sin embargo, los procesos de identificación serán largos y complejos.

La ministra del Interior británica, Priti Patel, se reunió con oficiales de Essex para conocer la última hora de la investigación. En esa línea, la ayudante del jefe de policía de Essex, Pippa Mills, reconocía que estamos ante una “una investigación increíblemente sensible y de alto perfil” y como están trabajando rápidamente con el fin de recopilar “una imagen lo más completa posible de cómo estas personas perdieron la vida”.

OLA DE SOLIDARIDADLa publicación del hallazgo de los 39 cadáveres inspiró una ola de solidaridad en redes sociales de otros inmigrantes y refugiados que llegaron a Reino Unido en los últimos años en las cajas de diversos camiones, rodeados de carne, pescado o patatas. Unos viajes largos y peligrosos con el fin de llegar Reino Unido para tener un futuro mejor, pero que no todos tienen un final feliz. “No hay palabras para describir cómo me siento”, tuiteaba Ahmad Al-Rashid después de leer las noticias sobre los 39 cadáveres encontrados en la parte trasera de un camión. En su caso, viajó desde Siria al Reino Unido en 2015. “Me trajo recuerdos de mi viaje cuando estábamos a punto de morir”, señaló, descubriendo que en su camión, estaba rodeado de carne y pollos.

Al-Rashid tiene claro que la difícil decisión de arriesgar su vida para entrar en Reino Unido en esas condiciones es tomada por personas cuando están rodeadas de muerte y asesinatos, dejando detrás a sus seres queridos y sus hogares con la simple ambición de prosperar y tener un futuro mejor. “Mi corazón está con los que perdieron la vida en el camino”, añadió.

Otros refugiados, como Adam, de 45 años y originario de Sudán, trató de subirse a un camión en el puerto de Calais durante más de cinco meses, huyendo de su país por sus actividades políticas contra el Gobierno. “La policía francesa siempre nos estaba atrapando y golpeando. Cuando finalmente logré subir al camión, tuve que esconderme dentro por más de 15 horas sin comida ni agua”, reconocía. Adam se mostraba ayer triste por la noticia de las 39 personas que no tuvieron la misma suerte que él. Así, explicaba como a pesar de ser conocedor de los riesgos que toman, para ellos, el Reino Unido significa seguridad y hacen cualquier cosa por intentar lograrla, aunque eso ponga en riesgo sus vidas.

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