A una mujer que iba a tirar la basura, a otra que caminaba hacia su trabajo, a otra que se dirigía al mercadillo semanal, a otra que estaba junto al cementerio y a otra (que además está embarazada) en el entorno del instituto. Estas cinco vecinas de La Palma, y otros residentes de esta diputación cartagenera, se vieron sorprendidas en plena calle por un violento atracador que actuaba encapuchado y armado con un cuchillo, que no dudaba en poner a sus víctimas en el cuello para atemorizarlas.

Cuando la preocupación y el hartazgo de los afectados y del resto del pueblo estaba a punto de desembocar en una manifestación de protesta, la Guardia Civil ha echado el guante al presunto ladrón. Es un hombre de nacionalidad marroquí, de 31 años, residente en Cartagena y con un amplio historial delictivo. Entre otras cosas, estaba siendo buscado por la Justicia desde 2016.

La Benemérita informó ayer de la detención de este individuo, sobre el que pesaban varias denuncias por robos con violencia que «generaron alarma social en la población». Con la colaboración ciudadana, los agentes afinaron en sus pesquisas. Así, los guardias «orientaron la principal línea de investigación hasta los usuarios de un grupo de viviendas, que al parecer se encontraban ocupadas ilícitamente».

En una de ellas, se había instalado recientemente una pareja y el varón apenas salía del inmueble. Además, cuando lo hacía intentaba ocultarse rápidamente por las calles adyacentes. Tras montar numerosos dispositivos, los agentes identificaron y arrestaron al sospechoso.

Su «abultado historial de antecedentes policiales» incluye una orden de detención de un juzgado de Cartagena y otra orden de expulsión de España desde enero de 2016. La operación sigue abierta, porque según los vecinos en los atracos participaba al menos otra persona.