Impulsan un proyecto para conciliar la vida laboral y familiar de los inmigrantes
Lo dirigen las religiosas de San José de Calasanz, que cuentan con una guardería y una escuela infantil para cuidar 14 horas al día a hijos de extranjeros
La Verdad, 30-05-2006Las religiosas de la orden de las Hijas de la Caridad de Lorca dirigen una guardería que abre 14 horas al día de forma ininterrumpida y que inicia sus servicios a las seis de la madrugada para facilitar a los padres que trabajan como jornaleros agrícolas el depósito de sus hijos en el centro.
La flexibilidad del horario ha fomentado, según explicó ayer la directora de la guardería, Sor Berta, que los inmigrantes sean los mayores usuarios del jardín de infancia, que en este curso aglutina a 57 niños de entre tres meses y tres años de distintas nacionalidades y etnias.
Abundó en que el 39% de ellos son hijos de padres extranjeros y el 22% pertenecen a familias desfavorecidas, y el resto a otras en situación normalizada, y señaló que «aunque intentamos dar respuesta a las necesidades nos faltan recursos económicos».
Las manifestaciones de la religiosa, perteneciente a las Hijas de Santa Luisa de Marillac, que dirige esta guardería desde hace seis años, se produjeron en el marco de la firma de un convenio con el Consistorio, que ayer aportó a este programa de Ayuda a las Familias, Afa, 10.875 euros.
Aunque este proyecto recibe sobre todo a hijos de inmigrantes «no queremos convertir la guardería en un gueto sino en un lugar de integración», dijo la directora del jardín de infancia. Según indicó, el proyecto Afa «tiene una triple dimensión» de apoyo a las familias trabajadoras, a los hijos de las mismas y un seguimiento permanente del núcleo familiar a través de una escuela de padres.
La religiosa agradeció la «ayuda del Ayuntamiento», pero subrayó que la escuela infantil sólo recibió en 2005 subvenciones por un 18% de su coste real e insistió en que su comunidad intenta dar respuesta «a las nuevas necesidades sociales» del municipio.
Las necesidades económicas de la obra social de Santa Luisa de Marillac tendrán respuesta, según señaló el alcalde, Miguel Navarro, durante la firma, en el Consistorio. «Ellas saben que pueden contar con apoyo económico para todos los proyectos que pongan en marcha en lo sucesivo, como hemos venido haciendo».
Muchos de ellos, según añadió, se llevan a cabo en el mayor de los silencios, «sin que la mano derecha, sepa lo que hace la izquierda», agregó. Incluso, en algunas ocasiones, las únicas que han conocido la procedencia de las ayudas ha sido la comunidad de Santa Luisa de Marillac, como reconoció Sor Berta. Esta situación discrepa de las realizadas «por otra gente», según Navarro, «que consigue una restauración y hace clo, clo, clo. Nosotros lo hacemos de forma discreta y callada. Aquí no se entera nadie».
Sor Berta añadió que «no nos podemos quejar del Ayuntamiento. Nos han ayudado en la cimentación, en la jardinería… siempre hemos contado con el apoyo en las constantes dificultades que hemos padecido, aunque somos conscientes de que nosotros tenemos que aportar nuestra parte de los proyectos».
El déficit, según argumentó, es una constante. «Si tuviéramos más dinero podríamos poner en marcha otros proyectos, más talleres», concluyó Sor Berta.
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