La patrullera de la Guardia Civil Río Duero, destinada desde hace una semana a vigilar las costas mauritanas, interceptó a las 04:00 horas del domingo su primer cayuco en aguas jurisdiccionales del país subsahariano.

La barcaza, en la que viajaban 37 inmigrantes, fue apresada en las aguas de Cabo Blanco, muy cerca del puerto de Nouadhibou (en la frontera con el Sáhara Occidental), de donde supuestamente había zarpado.

La embarcación, que no había llegado a aguas internacionales, fue obligada a volver a tierra por la patrullera en la que viajaban como tripulación varios guardias civiles, cuatro marinos mauritanos y un capitán de la gendarmería de aquel país.

Según informaron ayer fuentes de la Guardia Civil, los agentes del instituto armado se han mostrado muy sorprendidos al ver la preparación que tenía la barcaza para la larga travesía hacia las Islas Canarias, algo que habitualmente no pueden ver los funcionarios españoles.

Los inmigrantes tenían dentro del cayuco 1.100 litros de carburante para alimentar los dos motores de 40 caballos, 130 litros de agua en dos inmensas garrafas, además de harina, arroz, una cocina de carbón y varios chalecos salvavidas de repuesto.

Los guardias civiles también se incautaron del GPS que iba a utilizar la barcaza para arribar a las costas españolas. En la pantalla de la ayuda vía satélite estaba marcado como punto de origen Nouadhibou y como punto de destino Los Cristianos (Tenerife), recordaron hoy miembros de la patrullera.