Como si fuera una auténtica autopista de la inmigración irregular, Canarias recibió ayer a 732 inmigrantes indocumentados a bordo de 11 barcazas. Siete de ellas fueron a parar a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y las cuatro restantes, a la provincia de Las Palmas. Ayer se batieron todos los récords conocidos hasta ahora de desembarco de inmigrantes en un solo día.

La imparable llegada de cayucos está desbordando por completo la capacidad de acogida del archipiélago. La saturación es tal que los inmigrantes están siendo hacinados incluso en los garajes de las dependencias policiales.

La situación en la comisaría de Tenerife sur, en el municipio de Arona, es completamente caótica. Los agentes se han visto obligados a retirar sus vehículos y los coches oficiales para dar cabida a 578 sin papeles. Con los calabozos completamente abarrotados, los inmigrantes deben esperar durante tres días en condiciones infrahumanas en el aparcamiento de la comisaría, donde duermen hacinados en colchonetas. Durante ese periodo de tiempo, los agentes tramitan sus expedientes y el juez dicta la orden de ingreso en los centros de internamiento.

«Están manteniendo a personas en instalaciones ilegales. La gente privada de libertad no puede estar de cualquier manera con unas colchonetas y botellas de agua. Todo esto se debe a la falta de previsión del Ejecutivo central y del canario», se queja un policía.

A pesar de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, haya negado que exista saturación en los centros de acogida de los inmigrantes, las instalaciones en la isla de Tenerife están desbordadas, según informaron fuentes policiales: un total de 1.004 inmigrantes irregulares se hallan en el cuartel de Las Raíces, mientras que otros 300 se encuentran en el centro de internamiento de Hoya Fría.

El delegado del Gobierno en el archipiélago, José Segura, vaticinó que «en los próximos días el mar se convertirá en una autovía de cayucos», pero los pronósticos se le adelantaron. Los inmigrantes llegados ayer tenían un aparente buen estado de salud, lo que levantó de nuevo el rumor de la existencia de barcos nodriza, que acercan a los irregulares hasta las costas canarias, para después ser abandonados a bordo de cayucos.

Las islas de Tenerife, La Gomera, El Hierro, Fuerteventura y Gran Canaria recibieron ayer 732 sin papeles, a bordo de 11 barcazas, una de las cuales, la que arribó por la mañana a La Gomera, transportaba hacinadas a 105 personas. El éxodo de subsaharianos a las islas continúa y, en lo que va de año, unas 9.000 personas han sido detenidas y, de ellas, sólo 500 han podido ser repatriadas a sus países de origen.

A Tenerife llegaron tres embarcaciones, con un total de 251 inmigrantes: 96 en una, 90 en la otra y 65 en el tercer cayuco, que llegó ya bien entrada la noche.

Un cuarto cayuco fue avistado a una milla y media de distancia de la costa de Agüimes, municipio del sureste de Gran Canaria.La barcaza fue remolcada hacia el norte de la isla, hasta el Puerto de la Luz y de Las Palmas. Por primera vez en su Historia, este puerto recibió una embarcación de estas características, con 85 africanos.

La quinta embarcación fue avistada a unas 35 millas de distancia del sur de Tenerife, y en ella viajaban 105 inmigrantes, que fueron derivados hasta La Gomera. A esta isla llegaron por la tarde otros dos cayucos con 42 y 71 subsaharianos a bordo, respectivamente.Mientras, a Fuerteventura llegaron tres pateras, de las tradicionales de menor capacidad, con 118 inmigrantes en total; entre ellos, nueve mujeres (una de ellas tuvo que ser hospitalizada al presentar una hemorragia vaginal) y cinco bebés. La undécima embarcación alcanzó la isla de El Hierro, con 60 sin papeles.