La fiscal mantuvo ayer su petición de trece años de prisión para José David Fuertes Sánchez, acusado de matar al angoleño de 16 años Ndombele Augusto Domingos en el polígono Costa Polvoranca de Alcorcón en una pelea en 2002. Así lo manifestó la representante del Ministerio Público en la quinta sesión del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia Provincial después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y el Supremo ordenaran repetir el juicio en el que fue absuelto del asesinato.

La acusación ejercida por el Movimiento contra la Intolerancia y la acusación particular en representación de la familia de la víctima también mantuvieron su petición inicial de 20 años de cárcel por asesinato con la agravante de haber cometido el delito por motivos racistas. No obstante, el letrado de la acusación popular, Marco Gómez de la Serna, precisó que, alternativamente, solicitan 15 años de cárcel para Fuertes con la agravante de racismo y de abuso de superioridad si se estima el delito de homicidio y no el de asesinato.

Por su parte, la abogada defensora, Ana Ruiz Velilla, reclamó la libre absolución de su representado.

También declararon ayer en calidad de peritos dos forenses, tres funcionarias del Instituto de Toxicología y cuatro agentes de la Policía Científica y la Policía Judicial. Los forenses que realizaron la autopsia al cadáver de la víctima explicaron que tenía dos heridas incisas en la cabeza y en la cara de «una misma maniobra de ataque» y otra penetrante de tres centímetros de longitud en el hemitórax izquierdo, de la que dijeron que fue «mortal de necesidad».

«El arma fue penetrada por completo y perforó el ventrículo derecho del corazón, lo que produjo una hemorragia y colapsó el pulmón izquierdo», añadieron los forenses, quienes recordaron que el cadáver de Ndombele no presentaba «heridas de defensa».

Mientras, dos de las funcionarias del Instituto de Toxicología concluyeron que el menor fue apuñalado con un arma blanca «monocortante con hoja afilada de una anchura de unos tres centímetros». La tercera funcionaria, que examinó restos del cadáver de la víctima para determinar si había rastros de drogas, explicó que encontraron «cantidades no altas, pero que indican que hubo consumo», de éxtasis y de cannabis y una «cantidad importante» de alcohol.