Grupos neonazis de Chile cuentan con ramificaciones en el Ejército y la policía
El Mundo, 30-05-2006¿Qué diría Adolf Hitler si viera a los discípulos que le han aparecido en Chile? Esos jóvenes de cabello retinto y rasgos indígenas que él mismo hubiera catalogado como untermensch (subespecie), presumiendo de pertenecer a la raza aria… Las autoridades chilenas no tomaban en serio a los neonazis criollos, con sus ridículos uniformes y sus rituales de opereta, hasta que en abril y en mayo de este año se cobraron sus dos primeras víctimas fatales.Las investigaciones realizadas a partir del asesinato de Tomás Vilches y de Angelo Ramírez, han dado resultados alarmantes: en el país andino existe una vasta red de 50 grupos fascistas afincados en las principales ciudades y con ramificaciones dentro del Ejército y de la policía.
La noche de 7 de mayo, Angelo y sus amigos pintaban grafitos en las paredes de Quillota, una ciudad al oeste de Santiago, cuando fueron abordados por individuos vestidos de negro y armados.«Cuando se acercaron vimos las esvásticas y los tatuajes de las SS», cuenta Oscar, miembro de un grupo punk. «A Ramírez lo derribaron.Mientras huíamos, escuchamos un disparo».
Al poco tiempo, el Servicio de Investigaciones (SI) detuvo a Rolando Carnejo, estudiante de Pedagogía y a un menor de 16 años, como presuntos autores del crimen. Ambos confesaron pertenecer a El Martillo del Sur, una banda dedicada a la persecución de homosexuales y de inmigrantes peruanos. El mes anterior, una pandilla de las mismas características había apuñalado en Santiago a Tomás Vilches, miembro del conjunto punk Curasbun. En esta ocasión la policía detuvo a Esteban González, alias Tito Van Damme, dirigente del Movimiento Patria Nueva Sociedad (MPNS), un grupo que ha logrado reclutar a más de 300 matones juveniles, en los suburbios de Santiago y sus aledaños.
«Elementos contaminantes»
Alfonso, un desertor, atestiguó que así como asesinaron a Vilches, las brigadas de asalto también prendieron fuego a la discoteca El Dique, en Valparaíso, y apalearon a un sinnúmero de travestis, cholos (como denominan a peruanos y bolivianos) u otros «elementos contaminantes de la sociedad chilena». Gracias a su testimonio, fue detectada una célula neonazi que funcionaba dentro del Ejército de Tierra y otra formada por cadetes de la Fuerza Aérea. Las autoridades han dado a conocer los nombres de los cabos Juan Manuel Moya y Cristián Bello, del Regimiento de Yungay. En el allanamiento del domicilio de Alexis López, presunto fürher del MPNS, fueron intervenidas armas de fuego y las fichas de varios dirigentes y las de los militares, que iniciaban a los jóvenes en artes marciales y guerra de guerrillas.
«No proclamamos la supremacía, sino la exclusividad racial. Sólo queremos un Chile libre de degenerados y que los países vecinos no envíen aquí a su escoria», dijo López. El diputado Marcos Enríquez – Ominami reconoció que se ha desatendido el problema neonazi y pidió que se investigue el fenómeno.
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