BULEVAR

Los matrimonios siempre son de conveniencia

El Mundo, 30-05-2006

Cuando no son los gobiernos, son los medios de comunicación los que controlan la vida privada de las personas. ¿Por qué sigue preocupándoles a los gobiernos el fraude matrimonial? O sea, ¿ los matrimonios de conveniencia?


«Avalancha de bodas de conveniencia entre cubanos y españoles».Así reflejaba este periódico la denuncia que hicieron hace unos días los representantes de los Tribunales Superiores de justicia de las 17 comunidades autónomas, durante su reunión anual celebrada en Valencia.


Y es que centenares de jóvenes Marieles se están casando con muchos de nuestros Juanitos, entrados en años la mayoría. Hace ya tiempo que el Ministerio de Justicia está mosca con los llamados oficialmente, «matrimonios de complacencia». Qué bien suena, ¿no?.


Uno complace al otro, aunque los dos tengan diferentes intereses. ¿Y cual es el problema?


Que las bodas son cuestiones de conveniencia pocos lo pueden discutir. Que el amor suele ser el imán, en muchos casos, nadie lo pone en duda. ¿Pero el amor ha de pasar por la ceremonia/reconocimiento/papeleo/oficialización civil o religiosa?. Unos defienden que no y otros que sí. Y es precisamente ese «pase» el que legaliza la conveniencia, sea del tipo que sea, de dos personas que se quieren o que desean unirse por mil razones distintas. Es cuando el amor, el interés o lo que cada uno libremente decida, queda oficializado en un libro de familia, sellado y firmado. Un libro de derechos y obligaciones.


Un libro que para muchos oficializa el amor, una cierta posesión, mientras que para otros significa la posibilidad de rehacer su vida en otro país y en plena legalidad. ¿Dónde está el problema? Y es ahí cuando los gobiernos se mosquean. Controlan e intervienen hasta saber de qué color son los calzoncillos de él o que marca de pasta de dientes gasta ella. Preguntas que siempre planean en alguno de los trámites del largo proceso que lleva a la legalización.


Este fenómeno, típico de países occidentales cuya situación económica es atractiva para la inmigración, preocupa no sólo a España sino también al Consejo de la Unión Europea, que ya en 1997 propuso una serie de medidas para evitar los matrimonios de conveniencia entre extranjeros de ciertas procedencias y los nacionales, porque los de la UE circulan y se casan libremente.


No deja de sorprenderme que en una época en que el liberalismo económico y social va impregnando muchas políticas, el control y el intervencionismo siga siendo un arma que los gobiernos de muchos países siguen usando a su conveniencia.


¿Les ha preocupado alguna vez a los gobiernos la unión de grandes fortunas vía matrimonio? ¿Les preocupa ver a felices matrimonios, unidos tan sólo por los actos oficiales? ¿Les preocupaba ver cómo, no hace mucho, sus monarquías repasaban las listas de princesas y príncipes casaderos para colocar a sus retoños y así perdurar en el tiempo? ¿No creen que estos matrimonios de conveniencia son una razón de peso para revalorizar un trámite cada día más devaluado?

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