Sevilla
El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, aseguró ayer que la llegada de cayucos con cientos de inmigrantes a las costas españolas, especialmente a Canarias, no es un problema de índole o «naturaleza militar» y reconoció que la Armada se tiene que limitar a la «detección» de los barcos nodriza.

Durante la celebración en Sevilla del Día de las Fuerzas Armadas, Alonso subrayó «nos equivocaríamos muy mucho» si al fenómeno de la inmigración «le diéramos una dimensión que en ningún caso puede tener», aunque destacó la ayuda «clara y decidida» del Ministerio de Defensa en el control y la vigilancia de las fronteras terrestres, marítimas y aéreas.

En este sentido, recordó que en Canarias ya operan tres aviones de la Fuerza del Aire, mientras que la Armada realiza «a rajatabla» su labor de «socorrer, auxiliar, salvar vidas y realizar una tarea humanitaria en el mar». Así, insistió en que las labores disuasorias pueden funcionar únicamente con los barcos nodrizas «si los hay y se detectan», aunque manifestó sus dudas acerca de que los inmigrantes, «que han pagado una auténtica fortuna» para llegar a nuestro país, frenen sus intenciones al descubrir un barco español. El responsable de Defensa se refirió también al envío de efectivos militares – en el marco de misiones de la UE al exterior, como la prevista para la República Democrática de Congo, para las que pedirá autorización parlamentaria el próximo martes en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados. Alonso expresó su confianza en lograr un «respaldo prácticamente unánime» de los grupos de la Cámara Baja, y recordó que la misión española en Afganistán «está allí para un objetivo siempre noble, que es ayudar a reconstruir un país que lo necesita».

Explicó que uno de las líneas de su gestión política es potenciar una Política de Seguridad y Defensa enmarcada singularmente en la UE, además de «profundizar y mejorar» la participación española en la OTAN. También se refirió el responsable de Defensa a la calidad de la vida militar, apuntando que continuará el esfuerzo de su predecesor, José Bono, «por seguir pagando mejor a los militares profesionales consiguiendo poco a poco pero de una manera decidida» que la recluta de la tropa y marinería se produzca en «condiciones óptimas» para que se tenga las Fuerzas Armadas que el país necesita.