Un total de 188 inmigrantes indocumentados llegaron ayer hasta el Puerto de Los Cristianos (sur de Tenerife) en tres barcazas, con lo que sumados a los 124 sin papeles arribados durante la jornada del sábado, en dos cayucos, arroja un total de 312 inmigrantes los llegados a la isla durante el fin de semana.

Fuentes de Salvamento Marítimo informaron a Efe de que la primera barcaza que llegó ayer lo hizo con 77 inmigrantes, después de ser localizada por el buque Punta Salinas frente a la Playa de Las Américas, sur de la Isla, y fue transportada hasta el mencionado puerto tinerfeño, donde Cruz Roja tiene montado un hospital de campaña y donde se encuentran los equipos de auxilio.

Un segundo cayuco llegó al mismo puerto con 63 inmigrantes ilegales a bordo, tras ser avistada por unos pescadores frente a la playa de La Tejita, sur de la Isla, y tras comunicárselo a Salvamento Marítimo, el buque Salvamar Alphar se dirigió a su encuentro y la escoltó hasta el Puerto de Los Cristianos.

El tercer cayuco llegado hoy lo hizo con 48 personas a bordo y fue localizado por el buque de la Armada Serviola a 30 millas de las costas de Tenerife. El buque de la Armada escoltó a la barcaza durante varias millas hasta que otra embarcación de Salvamento Marino, Punta Salinas, salió a su encuentro y la acompañó hasta el puerto de Los Cristianos.

Por otra parte, la Guardia Civil interceptó ayer, a dos millas de las costas de Mauritania, un cayuco con 37 inmigrantes a bordo, además del patrón de la embarcación. La patrullera de la Guardia Civil del mar Río Duero, que fue enviada a las costas de Mauritania el pasado día 15, interceptó el cayuco y lo remolcó hasta la costa de Mauritania.

Río Duero es una embarcación de 30 metros de eslora, que cuenta con ocho tripulantes, y que, entre sus sistemas de vigilancia, destaca la dotación de este buque con dos radares para realizar labores de vigilancia nocturna.

Con el envío de esta patrullera se cumple el acuerdo de colaboración alcanzado recientemente por la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, con las autoridades mauritanas, en el transcurso de un viaje de ésta al país africano, uno de los principales puntos de partida de inmigrantes ilegales hacia España.