Los negocios regentados por extranjeros han crecido un 30% en el último año

Los inmigrantes empresarios representan una activa comunidad en la Región Proceden sobre todo de Gran Bretaña, Marruecos y Ecuador

La Verdad, 29-05-2006

Ahora, precisamente ahora, que están llegando a Canarias, y por extensión al resto de España, oleadas de desahuciados económicos en busca del milagro imposible de los panes sin peces para sí y sus familias, es oportuno resaltar que aquí, en Murcia, algunos inmigrantes, legales o de aluvión, no muchos todavía, han encontrado, sinsabores y esfuerzos aparte, su pequeño y reconfortante Eldorado laboral.

Empresarios sin libras ni bombín, morenos subsaharianos, casi desteñidos de costumbres, magrebíes vendedores de cuanto haga falta, a veces con reparos, y algunos chinos de 24 horas y todo a cien, se han desparramado por la Región y son ya más de 3.500 sobre el total de extranjeros inscritos en la Seguridad Social. Entre abril del 2005 y el mes pasado, este colectivo aumentó casi el 30%, como señalan los informes del Observatorio Ocupacional del Servicio Regional de Empleo, aunque debido a la avalancha de llegadas sin salidas y al proceso de legalización disminuyó su peso sobre el total .Es significativo también que la nueva casta se esté desarrollando de forma acelerada, especialmente en el sector servicios (comercio y restauración), actividades con mayor empuje económico. Sin embargo, a poco que se escarbe en los motivos de la presencia extranjera en Murcia se ven, quiérase o no, las tremendas desigualdades dinerarias, y las diferencias por raza, sexo y…hasta por religión. El inmigrante británico, ¿trabajador?, ¿turista?, ¿residente?, es el más emprendedor del variopinto abanico babélico que cruza la región de este a oeste y de sur a norte. El inglés, que representa una ínfima parte de los 100.000 afiliados a la Seguridad Social (todos los europeos comunitarios juntos sólo equivalen al 6,4% de los extranjeros, es el empresario más numeroso), seguido a mucha distancia del trabajador marroquí devenido en patrono, y del esforzado y ahorrador ecuatoriano, que sirve, generalmente, a la comunidad iberoamericana desde su locutorio, tienda de ropa o de alimentación. Las mujeres de la emigración (especialmente magrebíes) juegan un papel fundamental en la familia, aunque no tanto en la aportación económica al clan.

Las creencias religiosas tal vez tampoco sean ajenas a la total inserción de la mujer en el mercado laboral. De ahí que más de dos tercios de los trabajadores extranjeros en Murcia sean varones. El porcentaje femenino aumenta notablemente si de mujeres latinoamericanas, chinas o europeas se trata. De cualquier manera, parece el comienzo de una pequeña, lenta y positiva revitalización del sector empresarial en la región.

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