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El Correo, 28-05-2006

Todos los días por la mañana cuando abro el periódico tengo la misma impresión de desasosiego y de angustia. No hay una sola noticia no ya buena, sino regular. Todo son desastres, robos, brutales quejas del Partido Popular contra todo y todos, y desencuentros de políticos y ciudadanos.

El del día de hoy, por ejemplo, nos habla en primera página de ‘Medidas contra la ola de robos violentos en chalés’, ‘La Guardia Civil descubre fichas de 200 ciclistas en las clínicas registradas’, ‘Seis cargos municipales de Marbella cobraban más que Zapatero’, ‘Un ex jefe del Ejército tilda a Bono y Trillo de trepas, ambiciosos e irresponsables’, ‘El Pentágono denuncia que Irán ha probado un misil de alcance medio’ y ‘El Ejecutivo balear pide la financiación que el PP rechazó para Cataluña’. Menos mal que a Antonio López le han dado el premio Velázquez y que en letra pequeña y en un rincón se nos anuncia que ‘El hospital La Paz de Madrid trasplanta con éxito seis órganos a un bebé’ porque si no sería como para pensar que vivimos en el peor de los mundos posibles.

Sólo en primera página. En las de ‘exterior’ vemos a un Tarek Aziz pálido y enfermo; un incendio que desbarata el tráfico del aeropuerto de Estambul; una investigación de la ONU sobre los 37 casos de suicidios de mujeres en Anatolia; la condena de Paul Schäfer, el nazi de Colonia Dignidad; la purga de corruptos en Cuba; los refugiados de etnia karen que huyen por las violaciones de derechos humanos de los soldados birmanos y la rebelión en Timor – Leste. Y en las de ‘interior’, las bandas organizadas en urbanizaciones catalanas; la alta tasa de criminalidad en Madrid; la inseguridad en Valencia, que supera la media española; la pinza de ERC con el PP para rechazar una ley en el Senado; las críticas de Acebes a la política del PSOE, sin recordar que en su tiempo los inmigrantes ilegales doblaban a los de hoy; el aplazamiento de la comparecencia de cuatro ex ministros que debían declarar en el caso de presunta corrupción, llamado el ‘caso Fabra’, y para acabar las críticas del PP al «arrogante» Moratinos y el levantamiento de la sesión en que debía informar sobre Bolivia porque había llegado tres minutos tarde.

Y hoy no es de los días peores. Tal vez por cansancio ya no se habla de los muertos de la guerra de Irak ni de las mujeres de Ciudad Juárez.

¿Es que no hay buena gente en este mundo o es que los directores de periódicos están convencidos de que a los ciudadanos sólo nos interesa el desastre, la maldad y la bronca?

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