El exilio del alcalde de Riace, Domenico Lucano, cuya localidad es un símbolo mundial de la acogida, se ha acabado. La Justicia ha revocado la prohibición de residir en ella que pesaba sobre Lucano desde octubre pasado y lo ha hecho en una Italia que, con el nuevo Gobierno, dará un giro en política migratoria.Lucano fue puesto en arresto domiciliario el 2 de octubre bajo la acusación de favorecer la inmigración ilegal y el 17 se le dejó en libertad, pero se le impuso la prohibición de vivir en esta localidad de la región de Calabria. La decisión judicial de entonces fue muy aplaudida por el líder de la ultraderechista Liga y exministro del Interior, Matteo Salvini, y ahora el dictamen coincide con el juramento del nuevo Gobierno, del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y el Partido Demócrata (PD, centroizquierda), que ha acordado conducir la cuestión migratoria en el respeto de los derechos humanos de los rescatados.Los aires están cambiando en Italia y muchos periódicos titulaban este jueves con «el fin del exilio» de este alcalde, promotor de un aplaudido sistema de acogida para solicitantes de asilo en un pueblo con una grave despoblación. El levantamiento de la prohibición de residencia para Lucano también ha coincidido con otra noticia que afecta directamente a Salvini. Este jueves se supo que el exministro del Interior, que mantuvo los puertos de Italia cerrados a las oenegés con rescatados a bordo, está siendo investigado por difamación tras la denuncia que presentó en julio la capitana del barco humanitario Sea Watch3, la alemana Carola Rackete.De momento, el alcalde celebra que ya puede volver a su tierra a abrazar a su padre. «Estoy emocionado», dijo tras conocer la decisión judicial. Lucano convirtió a Riace en un modelo de integración de inmigrantes y de recuperación del territorio, una historia que hizo que en el 2016 Forbes lo incluyese entre los 40 líderes mundiales más influyentes.