Cataluña, a la cola de la distribución equitativa de inmigrantes en la escuela
El Mundo, 27-05-2006Cataluña está a la cola de España en la distribución equitativa del alumnado extranjero en las redes pública y privada, ya que escolariza en la primera al 84% de estos menores (frente al 62% de Madrid, por ejemplo), lo que contribuye, entre otros factores, a dibujar un sistema cada vez más dual.
Éstos son algunos de los datos más destacados del informe El Estado de la Educación en Cataluña, elaborado por la Fundación Jaume Bofill, que ha decidido editarlo anualmente, y que analiza los aspectos más relevantes de la situación del sistema educativo y la Educación en Cataluña.
El director de la Fundación, Jordi Sánchez, y el del estudio, Xavier Bonal, subrayaron como uno de los aspectos más preocupantes del informe la creciente división en dos del sistema educativo, que dibuja un escenario en el que cada vez hay más diferencias entre el alumnado de la escuela pública y la concertada.
Así, en el curso 2004 – 05, el 60,4% del alumnado de los niveles no universitarios estaba escolarizado en el sector público en Cataluña, frente al 67,4% en el conjunto de España, situación de la que es «altamente responsable» la ciudad de Barcelona, ya que en distritos como Les Corts o Sarriá – Sant Gervasi sólo entre el 15 y 20% de los niños va a la escuela pública. Esta división expresa, según el informe, una polarización respecto al origen de las familias que acceden a la red escolar y que hace que aumente mucho la probabilidad de acudir al sector privado si el alumno es autóctono, con una posición socioeconómica elevada, habla catalán y sus padres tienen un nivel alto de estudios.
Este mismo fenómeno hace que la escuela pública concentre al 84% de los escolares inmigrantes, el porcentaje más alto de toda España, lo que supone que escolariza 3,5 veces más alumnos extranjeros de los que debería si la distribución fuese equitativa (frente al índice 2,1 del conjunto de España). El informe evidencia además la persistencia de desigualdades sociales en el acceso al sistema y en los resultados educativos, son más acusadas en función del trabajo de los padres y su nivel educativo, así como en función de si tienen origen inmigrante.
Estas desigualdades son aún más acentuadas en el acceso a la enseñanza posobligatoria, ya que un 92% de los hijos de profesionales liberales completa la ESO a los 17 años, cifra que desciende al 77% en el caso de los hijos de obreros. Este porcentaje es mucho más bajo (el 35%) para los hijos de inmigrantes, cálculo que se ha hecho teniendo en cuenta los 20 años de edad.
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