El Senado acuerda legalizar a siete millones de inmigrantes en EE.UU.
La Voz de Galicia, 26-05-2006Tras dos semanas de tensas negociaciones, el Senado de Estados Unidos aprobó ayer su propuesta para reformar las leyes migratorias y hacer frente a la palpable realidad que representan los casi 12 millones de indocumentados que residen en el país, abriendo la legalización a unos 7 millones. La ley cuenta con la simpatía del presidente George W. Bush y en ella quedaron reflejadas las posiciones tanto de demócratas como de republicanos, a pesar de la férrea oposición de los más conservadores a dejar abierta cualquier puerta hacia la legalización.
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Este es precisamente uno de los puntos principales que contempla la ley aprobada por la Cámara Alta, que lo combina con un programa de trabajadores temporales y medidas de refuerzo de la seguridad fronteriza y una mayor dureza en la aplicación de la ley.
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El paso dado fue un avance positivo para sacar adelante la reforma más ambiciosa del sistema migratorio en las dos últimas décadas. Pero no fue el último, ni tampoco el más complicado. La prueba de fuego vendrá cuando esta propuesta deba ser armonizada con la aprobada el pasado diciembre por el Congreso.
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No antes de las legislativas
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La brecha entre ambas es enorme, ya que la del Congreso sólo contempla medidas de fuerza (entre otras la construcción de un muro de más de 1.000 kilómetros en los 3.200 de frontera con México) y la criminalización de los inmigrantes y todos aquellos que les ayuden, sin ni siquiera mencionar un programa de trabajadores temporales. Una vez consensuadas ambas propuestas, por una comisión bilateral, será Bush quien la firme para su entrada en vigor. Y será ese proceso, el de poner de acuerdo ambas propuestas, el más difícil. Las negociaciones entre el Senado y el Congreso no concluirán, por intereses electorales, antes de los comicios legislativos de noviembre, de donde saldrá una nueva configuración del Capitolio, controlado ahora por los republicanos. Entre la espada y la pared, éstos deben medir bien sus fuerzas en el debate para contentar tanto a su base más conservadora pero sin perder de vista el creciente poder de los latinos, que inclinará la balanza en las elecciones presidenciales del 2008.
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De momento, los republicanos más reaccionarios ya han advertido que «matarán» la propuesta del Senado cuando llegue el momento, pues consideran que la puerta abierta a la legalización es una «amnistía» inaceptable. El propio Bush ha rechazado, una y otra vez, esta idea y en los últimos días envió a su asesor Karl Rove a reunirse con congresistas republicanos para convencerles de que flexibilicen su postura y exponerles su visión sobre la necesidad de una ley integral que contemple una solución sobre qué hacer con los 12 millones de indocumentados que ya están en el país, toda vez que la deportación masiva es imposible. En un intento por ganarse su apoyo, Bush anunció hace unos días el envío a la frontera con México de 6.000 miembros de la Guardia Nacional.
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La aprobación en el Senado coincidió con la gira del presidente mexicano, Vicente Fox.
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