Nueva York – Los casi 12 millones de inmigrantes que se encuentran en
situación ilegal en EE UU ya pueden empezar a soñar. Han sido meses de
duros enfrentamientos entre la clase política estadounidense y
manifestaciones en las calles del país. Ayer por la tarde, después
intensos debates, el Senado aprobó la ley de reforma migratoria por 62
votos a favor y 36 en contra, lo que abre el camino a la soñada ciudadanía
estadounidense de al menos 7 de los 12 millones de indocumentados.
   Hubo que aguardar hasta el final. Pero, estaba claro. Mientras Vicente
Fox, presidente de México, se hacía fotos con Arnold Schwarzenegger en
California, Luis Ernesto Derbez, ministro de Asuntos Exteriores del país
iberoamericano, daba una conferencia sobre inmigración en Nueva York. La
agenda prevista para hoy no da lugar a dudas: Condoleezza Rice, secretaria
de Estado, y Albert Gonzales, fiscal general de Estados Unidos.
   El
republicano John McCain, senador por el Estados de Arizona, uno de los
estados que hace frontera con México, indicó que «por qué no decir que
aquellos trabajadores indocumentados que desempeñan los trabajos que el
resto no quiere salieron de las sombras». Mientras su compañero de
partido, el senador Jeff Sessions, del Estado de Alabama, advertía que
«esta ley no asegura las fronteras».
   Inglés, idioma
oficial. De momento, lo que sí hará esta reforma será darle la posibilidad
a más de 7 millones de indocumentados, que son los que llevan en el país
más de cinco años, continuar con sus trabajos y solicitar la ansiada
ciudadanía estadounidense. Primero tendrán que pagar unas multas de 3.250
dólares y aprender inglés (que se convierte oficialmente en idioma oficial
del país). El alrededor de 3 millones que lleva entre dos y cinco años
tendrá que salir del país para después volver a entrar y comenzar con la
tramitación para regular su situación en Estados Unidos, mientras que los
dos millones restantes que se encuentran en situación ilegal desde hace
menos de dos años tendrán que marcharse sin garantías de poder volver.