Tras meses de negociaciones y una semana de apasionados debates, el Senado de EEUU aprobó al fin ayer un proyecto de ley de inmigración que permite el acceso a la ciudadanía a gran parte de los casi 12 millones de ilegales que hay en el país y refuerza la seguridad fronteriza para que no se cuelen más. “Su fin es mantener fuera a quienes nos dañarían y dar la bienvenida a los que aportan algo a nuestra nación”, declaró el de –
mócrata Edward Kennedy, uno de los 62 senadores que aprobaron el proyecto, frente a los 36 que lo rechazaron.
Sin embargo, la batalla por la reforma de la inmigración más ambiciosa en dos décadas continúa, porque este proyecto de ley deberá ser refundido con el aprobado en diciembre por la Cámara de Representantes antes de entrar en vigor. Este proceso se augura largo y difícil, ante las vastas diferencias entre ambas normativas, pues la Cámara de Representantes aboga por una ley más dura que convierta en delito la presencia ilegal en el país y no permita el acceso a la ciudadanía de los sin papeles. Además, esta cámara también persigue cerrar gran parte de la frontera sur de EEUU con un muro de 1.150 kilómetros, el doble de lo aprobado por el Senado.

VICTORIA DE LOS MODERADOS
La aprobación de ayer se debió a la insólita coalición formada por demócratas y republicanos moderados, que rompieron con su partido – – mayoritario en el Senado – – para apoyar el proyecto, que también contaba con el respaldo del presidente de EEUU, George Bush. Sin embargo, el núcleo de conservadores republicanos arremetió contra la normativa porque “no asegurará” las fronteras, como dijo el senador Jeff Sessions, y “supone una amnistía”, apostilló su correligionario David Vitter.
La batalla para la reforma de la inmigración en EEUU se produce bajo la sombra de las elecciones legislativas del próximo 7 de noviembre, cuando el partido en el poder, el republicano, teme perder la mayoría que disfruta en ambas cámaras del Congreso. Se trata de un tema de gran resonancia nacional, particularmente entre los hispanos, el grupo de votantes con un mayor crecimiento, que se manifestaron el mes pasado multitudinariamente en favor de una reforma más cercana a lo aprobado ayer por el Senado.
Ayer en California, uno de los estados con más sin papeles, el gobernador republicano, Arnold Schwarzenegger, hizo un llamamiento a México para que tome más medidas que corten el paso a la inmigración ilegal hacia EEUU. Además, se mostró dispuesto a apoyar el envío de tropas de la Guardia Nacional a esta frontera. Lo hizo antes de entrevistarse con el presidente mexicano, Vicente Fox, que hoy concluye cuatro días de visita oficial a los estados de Utah y California.