La UE y Rusia superan diferencias y facilitarán el tránsito de ciudadanos

El acuerdo firmado en la cumbre del mar Negro incluye la readmisión recíproca de inmigrantes ilegales

El Correo, 26-05-2006

Las relaciones entre Rusia y la Unión Europea parecen haber empezado a superar la fase declarativa para adentrarse en el terreno de lo concreto y lo práctico. Tras una negociación que ha durado años y se ha visto malograda varias veces cuando el acuerdo parecía próximo, Moscú y Bruselas rubricaron por fin ayer un convenio que simplificará los trámites para lo obtención de visados y abaratará su precio. El paquete incluye la firma de un acuerdo para la readmisión recíproca de inmigrantes ilegales. En lo que el Kremlin sigue sin ceder es en la ratificación de la Carta Energética, un instrumento imprescindible para garantizar la seguridad de los suministros de carburantes y crear un mercado más transparente y fiable.

El tiempo ayer en el balneario ruso de Sochi, en la ribera del mar Negro, era soleado y agradable. Vladímir Putin, el anfitrión de esta décimo séptima cumbre Rusia – UE, se volcó con sus invitados. Los agasajos comenzaron ya el miércoles por la tarde. Javier Solana, el representante europeo de Política Exterior, no podía ocultar su asombro. «Ha sido una cumbre excepcional por su diálogo abierto y directo», aseguró Solana. El presidente de turno de la UE, el canciller austriaco, Wolfgang Shüssel, por su parte, elogió reiteradamente la hospitalidad de Putin.

El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, y la comisaria europea de Asuntos Exteriores, Benita Ferrero Waldner, fueron quienes estamparon sus firmas en los dos acuerdos alcanzados, los únicos logros tangibles de la cumbre. Bruselas siempre ha vinculado la liberalización del sistema de visados con la existencia de un convenio que regule la readmisión de ilegales, lo que implica la modernización de las infraestructuras en la frontera rusa con los países de Asia Central y del Cáucaso. A través de ellas, se cuelan inmigrantes procedentes de Pakistán, Afganistán, India, China y otros países asiáticos. Putin, a su vez, siempre ha insistido en la necesidad de que la UE colabore económicamente en las mejoras de las instalaciones fronterizas, algo que ayer terminó consiguiendo. En definitiva, determinadas categorías de ciudadanos, como políticos, estudiantes, deportistas, científicos, hombres de negocios y periodistas, se beneficiarán de una tramitación más rápida del visado y su precio quedará reducido a la suma de 35 euros.

En donde Putin no ha dado su brazo a torcer es en la exigencia europea de que ratifique la Carta Energética y el Protocolo de Tránsito. Ambos documentos regulan el marco para la liberalización del mercado de la energía, la protección de las inversiones en el sector y garantizan la regularidad de los suministros, además de constituir elementos fundamentales para una mayor transparencia y control mutuo. El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso señaló en tono de reproche que la energía «es una parte muy importante del diálogo ruso europeo» mientras Solana quitaba hierro asegurando que el presidente ruso se ha comprometido a «negociar» la ratificación.

Monopolio

Bruselas desea evitar que un nuevo contencioso entre Rusia y Ucrania por los precios de la energía deje otra vez sin abastecimiento de gas a los países de la Unión Europea, como sucedió el pasado mes de enero. El 25% del gas que consume Europa procede de Rusia. Además, Gazprom, el monopolio energético ruso, amenazó recientemente con desviar los suministros de gas a otros mercados si Bruselas intenta bloquear sus planes de expansión en Europa.

En las conversaciones se tocó también la actualización del Acuerdo de Asociación y Cooperación entre Moscú y Bruselas, que finaliza el año que viene, y cuestiones de ámbito internacional como la crisis nuclear iraní, Oriente Próximo, la independencia de Montenegro o la falta aguda de democracia en países como Bielorrusia.

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