La llegada de Benedicto XVI a Polonia está precedida por su sonada decisión de intervenir el mes pasado Radio Maryja (Radio María), la más popular emisora católica del país, por su creciente tendencia antisemita y xenófoba.

La cadena ultraconservadora del padre redentorista Tadeusz Rydzyk, que se atribuye entre 2 y 4 millones de oyentes, se ha convertido en la punta de lanza de la nueva derecha polaca. Ha planteado una cruzada «para salvar una gran nación, con una sola lengua, una sola cultura y una sola religión».

El padre Rydzyk arremete contra judíos, masones, homosexuales, europeístas, extranjeros y, en general, contra quien no piense como él. Una de las frases que acabó con la paciencia del Vaticano fue de uno de sus comentaristas sobre la petición de devolución de bienes confiscados en la Segunda Guerra Mundial a los judíos: «Los judíos humillan a Polonia ante el mundo y sólo quieren dinero», clamó en las ondas Stanislaw Michalkiewicz. Desde hace un mes, un comité de control dirige la emisora.

No obstante, muchos obispos la apoyan. «No me gusta Radio María cuando mezcla fe y compromiso político, pero da voz a una gran franja de la población, crítica con una mentalidad falsamente progresista y que no tiene espacio en los medios», ha dicho el primado de Polonia, Josez Glemp.